Friday, September 15, 2006

el espectáculo del cine no reside propiamente en lo que se proyecta en la pantalla. El verdadero espectáculo, casi podría decirse milagroso, radica en la hipnosis que el propio cine produce en los espectadores.

Wednesday, August 30, 2006

Tocando el deseo
El deseo se puede identificar al punto de sentir que está allí, frente a usted, gracias a una secuencia de ejercicios. Hágalos y descubrirá una nueva faceta la excitación sexual.
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¿Se imagina la sensación de “tocar” el deseo? Este sentimiento o impulso a veces incontrolable, otras esquivo o hasta ausente se puede identificar al punto de sentir que está allí, frente a usted, gracias a una secuencia de ejercicios.
Este método, destinado a demorar el placer sexual, es descrito por Master & Johnson como una terapia de “enfoque sensitivo”, que consiste en practicar el contacto sexual por fases.
Otros, simplemente, le llaman caricias tántricas, y explican que es un potente afrodisíaco y una forma de experimentar la excitación de una manera distinta o más conciente.
Son cinco fases y puede programar una “terapia” intensiva en un solo día o en varios. Dependiendo de las intenciones, es recomendable practicar cada fase varias veces. Usted decida.
En la primera etapa, la idea es proporcionarse caricias el uno al otro con movimientos circulares y lentos. Después siga con las caricias, pero recorriendo de arriba hacia abajo el cuerpo de su amante.
Acaríciese suavemente durante 15 minutos y descanse. Disfrute la sensación, saboréela y vuelva a repetir todo por 15 minutos más o lo que dure el proceso. Vuelva a descansar, pero esta vez por un período más prolongado, si por ejemplo inició el proceso en la mañana puede volver a hacerlo en la tarde nuevamente, repitiendo la secuencia durante otros 30 minutos.
En esta fase nada de acariciar los pechos ni los genitales.
La segunda fase se inicia en silencio, ambos acostados desnudos en postura “cucharita”, disfrute del cuerpo del otro, siéntalo, pero no llegue al coito. Si cree que no lo resistirá y las caricias son demasiado tentadoras, deténgase o voltéese y colóquense frente a frente.
La tercera fase puede ser al día siguiente, como quiera, pero deje pasar bastante tiempo entre una y otra. Concéntrese en acariciar los senos y genitales de su pareja con ligeros movimientos circulares, acercando primero las manos una hacia otra y separándolas después.
Llegamos a la cuarta fase y en ella moveremos las manos hacia arriba desde debajo de los genitales de nuestra pareja. Recorreremos toda la longitud del pene o la elevación de la vulva. Una hora haremos este masaje y descansaremos brevemente sólo por cinco minutos. Sólo eso y verá que el deseo es algo que se puede ir palpando en cada etapa.
Para terminar el circuito del deseo, la prueba máxima. Ambos desnudos en la cama, ella sobre él y el pene dentro de la vagina, pero sin movimiento alguno. Mantenga esta posición. Si por casualidad se produce erección con esta postura, pues es humano, deténgase hasta que la erección desaparezca.
No sé usted, pero esto necesita de concentración y dedicación. Pensar en la pareja, detenerse en la sensación del deseo siempre presente, pero dejarlo allí. No avanzar a su satisfacción. Olerlo, tocarlo, pero no alcanzarlo. Si puede, hágalo y descubrirá una nueva faceta la excitación sexual.

Monday, August 21, 2006

ESPECTACULOS DE HIPNOSISEl hipnotizador de teatro es alguien que trabaja con una “verdad a medias”, que suelen ser las peores de las mentiras. Hace hipnosis, pero no siempre. Según qué días, no hace nada de hipnosis. En la España pretelevisiva hemos tenido a dos de los más geniales “hipnotizadores” de teatro de todos los tiempos: el Profesor Alba, y Fassman, quienes, en las décadas de los 40 y 50, rivalizaban en protagonizar espectáculos de “hipnosis” en los escenarios de teatros. Otros, menos famosos, actuaban en las “varietés” de fin de sesión cinematográfica (entonces en boga) o en circos y fiestas mayores. Fassman, en su madurez, renegó de su pasado como hipnotizador teatral y creó un centro de estudios donde enseñaba técnicas de hipnosis, meditación y relajación, las cuales salpicaba con exquisitas demostraciones de magia mental, que él atribuía a sus dotes paranormales. Nada a objetar (cada uno se gana la vida como puede, y nadie cobra más que lo que la gente quiere pagarle.) Únicamente reivindico mi derecho a decir que lo que hacía Fassman (y muy bien) era la hipnosis de teatro, que ahora explicaremos. Hacia 1978 llegó al “Círculo Español de Artes Mágicas” (una de las sociedades más importantes de magos prestidigitadores del momento, y, en ese momento, quien escribe estas líneas era su vicepresidente) llegó al CEDAM, digo, una carta de Fassman pidiendo que excluyésemos su nombre de los archivos de la entidad, de forma que no quedase constancia de su actividad como “prestidigitador” especialista en magia mental. La petición no fue atendida, por considerar los gestores del Círculo que era poco pertinente.Veamos el trabajo del hipnotizador teatral. Como inicio de sus demostraciones, pide voluntarios entre el público. Normalmente se presentan dos o tres, de forma rápida, que son los compadres (a sueldo del hipnotizador). Con ellos realiza efectos vistosos: “sueño inmediato”, obediencia absoluta, catalepsias... y caldea el ambiente.Cuando, tras nuevas peticiones, suben al escenario 10 o 12 personas, el hipnotizador se aprovecha del “miedo escénico” de los que no son compadres. Despacha rápidamente a los que no advierte nerviosos o sugestionables, y se queda con las personas que entiende más simples y colaboradoras. Pueden ser personas inteligentes, pero bondadosas por naturaleza y poco dispuestas a crearle complicaciones al artista. De todas formas, si alguno inicia reticencias a media función, será ridiculizado y vejado... y mandado a su sitio en la platea.Jean Louis Chardans, en su genial obra Diccionario Ilustrado de Trucos (Editorial Gustavo Gili, Barcelona, 1970) divide los “clientes” del hipnotizador teatral en: compadres (pagados), simpatizantes (gentes bondadosas), tímidos (hacen lo que se les dice) e imitadores (hacen lo que los demás por miedo a quedar mal). El hipnotizador juega con el miedo y la simpatía. Sus sujetos responden a dos conceptos bien definidos: quienes soportan la experiencia, y quienes actúan en la experiencia. Se busca crear en los sujetos tres grados de inconsciencia más o menos total o voluntaria: “sueño” provocado, obediencia de órdenes e irresponsabilidad total.Los compadres son quienes llevan la peor parte: atravesados con agujas, o desnudándose ante el público (a pesar de las “exhortaciones” de sus “familiares”). Pero también es posible que algunos “nerviosos” inocentes hagan las mil y una, dejando sorprendido incluso al hipnotizador.Si alguno de los sujetos no se presta al juego, el hipnotizador teatral suele imprecarle con frases del estilo de “Solamente hay dos casos en que yo fracaso: con retrasados mentales o con alcohólicos”. El público se ríe, y la persona molesta se marcha en el 90 por ciento de los casos.¿Cómo trabaja el hipnotizador de televisión?Más fácil todavía. Se llena un plató con mil personas ansiosas de salir en televisión. El mago anuncia que solicita diez voluntarios, los cuales, después de colaborar, serán invitados a una merienda opípara y visitarán los estudios de la TV de turno. Se abalanzan los candidatos. Se eligen los 10 más “bondadosos”, y, por si acaso, algún que otro compadre. Se les hacen pruebas de “hipnotizabilidad”. Cuando alguno fracasa (o sea, no hace lo que el mago le dice) se le echa sin contemplaciones y se anuncia por la megafonía que queda excluido de la merendola. Se piden nuevos voluntarios para sustituir a los caídos en desgracia. Se llega a tener los diez o doce más dóciles y mansos. Se actúa. Si alguno falla, se dice “¡Corten!” y se le manda a su sitio (o se le expulsa del plató). Al final se montan las escenas más adecuadas, y el programa se emite con insólitas demostraciones del hipnotizador, que, milagro, jamás tiene un fallo cuando la emisión definitiva llega a las pantallas.
HIPNOSIS - HYNOSIS : INTRODUCCION

Introducción.

Hablar de hipnosis es hablar de un hecho que nos sigue causando asombro e inquietud, pese a que probablemente sea tan antigua como el hombre. Significa enfrentarse a la frontera entre lo conocido y lo desconocido, lo superficial y lo íntimo de la mente humana; de ahí que siempre haya provocado tanta controversia. Polarizada entre el espectáculo o la magia de supuestos poderes prodigiosos y el mundo académicocientífico que ha reconocido su indiscutible valor clínico, la hipnosis ha sufrido a lo largo de su historia numerosos eclipses, épocas en que su prestigio creció o cayó en el peor de los descréditos. El hecho es que nunca ha dejado de causarnos perplejidad y hoy incita de nuevo el interés de todos.

Hipnosis y Parapsicología
No es de extrañar que esta técnica despertara tanto apasionamiento o desprecio desde sus primeras investigaciones. Serían los seguidores de Mesmer y posteriormente otros investigadores quienes irían desentrañando parte los los misterios de la hipnosis y por tanto, del psiquismo humano. Así por ejemplo un paciente del Marqués de Puységur, llamado Víctor Rase, que era campesino de humilde condición y prácticamente analfabeto, al caer en los trances magnéticos , hablaba con una facilidad que nunca antes había tenido, manifestando conocimientos sobre anatomía y medicina, incluso llegando a diagnosticar con total precisión males y enfermedades y a prescribir remedios para sí mismo u otros que finalmente eran efectivos. Tales hechos se han ido repitiendo en diferentes épocas y sujetos a lo largo de la historia.

¿Qué es la Hipnosis?
Esencialmente podemos definir el estado hipnótico como un estado alterado de conciencia y a la hipnosis como la técnica que nos conduce al mismo. Para alcanzarlo, debemos tener una atención intensa y focalizada en algo, por tanto, el hipnotizado se aísla poco a poco de los estímulos exteriores y alcanza cierto bloqueo sensorial.
En resumen, la hipnosis es un estado neurofisiológico que en gran medida se produce por la famosa ley: “a mayor excitación, mayor inhibición”. Esto podemos verlo en una situación de intenso estrés o pánico... el estímulo o la percepción que nos produce la situación estresante es tan intensa, que se bloquean nuestras reacciones emocionales, motoras (movimientos), mentales, etc. Por ejemplo, un estudiante que ante un examen se lo sabe todo perfectamente, pero se pone tan nervioso que a la hora de escribir no recuerda nada o sólo parcialmente. La diferencia es que en hipnosis hacemos una dosificación programada y progresiva del estímulo para producir una inhibicióncontrolada y con los efectos que tenemos previstos. Llegados a este punto debemos distinguir también entre la diferencia entre hipnotizador e hipnólogo . La primera denominación podemos dársela a cualquier persona que consigue inducir a otra a la hipnosis. En el segundo caso, hipnólogo es un profesional con una formación suficiente realiza un uso clínico de la hipnosis con unos conocimientos teóricos y prácticos suficientes en materia de hipnosis clínica.

El mecanismo fisiológico de la hipnosis.
Sugestiones constantes y repetitivas como: vas relajándote y soltando tus músculos... cada vez estás sintiendo un sopor más profundo... más profundo... por ejemplo, producen un bloqueo progresivo del cortex cerebral, que ralentiza su actividad. Simultáneamente se activa más intensamente el sub-cortex o áreas del cerebro medio y profundo, (conocido también como cerebro arcaico) que intervienen fundamentalmente en todos los procesos subconscientes de la actividad psíquica.

Sugestión y Sugestionabilidad.
El Dr. James Braid acuño el termino hipnosis después de darse cuenta de que no hacían falta pases magnéticos ni fluidos misteriosos para llegar a este estado; dado que era parecido al sueño fisiológico, le llamo con tal denominación ( hipnos en griego significa sueño). Tanto él como otros descubrieron que una de las características de este estado era la sugestionabilidad, es decir, la voluntad y capacidad de discernimiento del sujeto quedaban sensiblemente reducidas y las órdenes y sugestiones (sugerencias) que venían dadas por parte del hipnólogo eran aceptadas. Ello dio lugar por ejemplo a operaciones de cirugía mayor sin ningún tipo de anestesia química, en las que al sujeto se le decía que no sentiría ningún dolor, cosa que sucedía.
En realidad es el propio individuo quien se hipnotiza, por tanto podríamos afirmar que sólo existe la auto-hipnosis. El hipnólogo lo único que hace es ir marcando los pasos o pautas para que su paciente vaya entrando progresivamente en el trance. Otra de las ideas mal entendidas de la hipnosis es que dicho estado no podemos enterarnos de lo que sucede (pérdida de conciencia), que se pierde el control sobre el propio comportamiento o que al despertar no recordaremos nada; esto es falso y sólo en determinadas ocasiones se da. Por tanto cualquier persona en un estado de atención aguda puede llegar a la hipnosis, ser consciente y recordar después todo lo que ha sucedido.

Cómo se llega al estado hipnóticoSon muchas y muy numerosas las técnicas empleadas y sólo mencionaremos algunas sucintamente. Sin embargo es importante reseñas las características comunes a cualquiera de ellas. Para conseguir una hipnosis deben darse un requisito esencial:
- El sujeto debe estar concentrado; dicha atención puede situarse sobre un estímulo exterior (un foco de luz, un punto visual concreto, un péndulo, una imagen, el sonido repetitivo de un metrónomo, música, etc.) o bien sobre una sensación interior (una recreación mental agradable, el ritmo respiratorio, una cuenta numérica hacia atrás, estado de rigidez de alguna de todo el cuerpo o alguna de sus partes, etc.). El caso es que estemos concentrados en una sola idea o estímulo, sea éste externo o interno.
- En el caso de hipnosis instantánea podemos captar repentinamente la atención del sujeto dándole un pequeño “susto” por ejemplo golpeándole ligeramente con la yema de los dedos sobre su frente y exclamando enérgicamente: ¡duerme!; si es suficientemente sugestionable, entrará en trance hipnótico.
- Una vez conseguido el primer paso, debemos profundizar en la hipnosis. Para ello lo haremos por medio de la sugestión oral con ideas como: “ cada vez estará más a gusto, se siente más dormido, va profundizando más y más en este estado, cada vez mas, cada vez más...”

Algunos de los métodos más conocidos.Existen muchos métodos de inducción. Incluso podemos inventarnos variantes adecuadas o adaptadas al sujeto que se ha de someter al trance, tal y como hacia en muchas ocasiones el Dr. Milton Erickson, que usaba en muchos de sus “diálogos hipnóticos” metáforas, situaciones imaginarias, historias y cuentos, etc. Exponemos aquí algunos muy usados.

Método de inducción oral.Quizás sea largo, pero es bastante seguro a la hora de obtener resultados. El sujeto puede estar sentado o tumbado. En todo caso en una posición cómoda. Preferiblemente con los ojos cerrados le iremos induciendo con nuestra voz relajando parte a parte del cuerpo, empezando por los pies y acabando por la cabeza o viceversa. Al terminar esta relajación progresiva vamos introduciendo sugestiones de pasividad y sueño: Ahora te encuentras tan a gusto que dormirás... sientes como un ensueño agradable te va envolviendo...”

Métodos de fijación de la mirada.Son todos aquellos en que indicamos a un sujeto que se fije en cualquier cosa exterior, bien fija, bien movimiento. Puede tratarse de un foco de luz, un péndulo oscilante, un disco hipnoidal. Antes o después –incluso sin sugestiones por parte del hipnólogo- se irá produciendo un cansancio ocular que nos irá adormeciendo. Si introducimos sugestiones serán de este tipo: “ Conforme miras este objeto, tus ojos van sintiendo un ligero cansancio que cada vez se hace más intenso. Poco a poco los párpados su vuelven más pesados y es como si quisieras cerrar los ojos porque quieres dormir o descansar...”

Método de la catalepsiaPedimos al sujeto que una con fuerza sus piernas y que apriete los brazos estirados hacia el cuerpo, que ponga rígidos todos los músculos de su cuerpo, que apriete el abdomen y en definitiva, que se imagine que una especie de tabla o estatua de bronce. Acto seguido la imprimiremos un ligero balanceo para que note su rigidez. Una vez conseguida la rigidez total, podemos con ayuda de otras personas, tumbarle en el suelo, en un diván o camilla. Inmediatamente le indicaremos que se encuentra muy concentrado y que dormirá o entrará en un estado profundo y especial a nuestra indicación. Podemos dar un pequeño chasquido con los dedos o tocarle ligeramente la frente con los dedos al mismo tiempo que decimos: ¡duerme! o ¡Ya está... estas en un estado profundo y especial! A partir de ahí, usamos sugestiones para profundizar.

Método de la rigidez del brazo.La persona está sentada... le estiramos el brazo y lo colocamos a la altura del hombro.Le sugerimos que se encuentra bien y que su brazo cada vez está más rígido. Le hacemos sentir con ligeras presiones sobre la mano dicha rigidez para que se retroalimente en la sugestión... una vez conseguido le indicamos que el brazo comenzará a pesar, que se ha transformado en plomo...” el brazo en tan pesado que se peso se hace insostenible e irá cayendo. Conforme el brazo va bajando, notarás como un sueño agradable e intenso te va invadiendo... cuando el brazo se desplome por completo, dormirás!. Si la sugestión surte efecto, el sujeto irá bajando el brazo hasta soltarlo por completo; en este momento daremos la orden ¡duerme!.

Método de la expectaciónEspecialmente cuando se hace hipnosis de espectáculo, este método es útil.Supongamos un aforo donde se espera al hipnotizador con expectación... por tanto ya existe un ambiente lo suficientemente sugestivo para inducir con facilidad a cualquier asistente. El hipnotizador deberá hablar con cierto misterio y persuasión. Al acercarse a cualquier espectador que ponga reparos a su proximidad ante el temor de ser hipnotizado, a un solo toque u orden del inductor, entrará con facilidad en hipnosis.

Método del “engaño”Especialmente para usarlo con sujetos difíciles. Pondremos a una persona ante nosotros indicándole que le vamos a hipnotizar (le habremos comentado previamente que en realidad no será a ella a quien induciremos, sino que simplemente debe fingir que está durmiendo); a su lado pondremos a otra –a la que realmente queremos inducir- y le explicaremos que su misión es observar con todo el detalle y atención que pueda cómo se duerme la otra persona. Preferiblemente podremos a uno frente a otro y el inductor se sitúa en medio. Bien... llegado este punto a nuestro compinche le pasaremos un péndulo oscilando por delante de los ojos, por ejemplo y el comenzará a fingir su adormecimiento. Deberemos estar atentos a nuestra verdadera víctima, pues cuando su atención sea intensa, soltaremos de una el péndulo y de inmediato sin darle tiempo a reaccionar, situaremos nuestra mano delante de su frente o sus ojos cerrándoselos y diciéndole enérgicamente: ¡duerme!Una puntualización a tener en cuenta es que muchas personas son reacias ante términos como “hipnosis” “hipnotismo” o “sueño” por el temor que estos suscitan de pérdida de la propia conciencia. En ese caso podemos sustituirlos por parlabas o expresiones como “estado especial” “trance” “ensueño” “sopor” etc.

Resumen de las utilidades de la Hipnosis
En general, tanto la hipnosis como el resto de técnicas psico-físicas pueden emplearse en cualquier campo de la actividad humana con mayor o menos intensidad. Pero exponemos aquí los campos en los que más incidencia tienen.

Medicina
- Producir insensibilidad al dolor (anestesia)
- Eliminar o atenuar todo tipo de dolores o molestias
- Mejorar la efectividad del sistema inmunitario.
- Mejorar cualquier enfermedad en general.
- Especial uso en dermatología, donde se eliminan con facilidad eczemas, verrugas o erupciones cutáneas.

Psicología
- Tratamiento de todos los trastornos mentales.
- Timidez, eneuresis, fobias (agorafobia, clautrofobia, miedo a los animales, etc), adicciones (tabaquismo, ludopatías, alcoholismo...)
- Indecisión, falta de concentración, estrés, depresión, angustia, tartamudez...
- Mejorar las relaciones sociales...

Educación y enseñanza
- Mejorar el rendimiento escolar
- Mejorar la memoria y acrecentar la asimilación al estudiar
- Estimular las capacidades creativas.
- Incrementar la capacidad de comprensión y asimilación.
- Motivar para el estudio, incluso de aquellas asignaturas que se “resisten”
-Economía, empresa, ventas
- Mejorar los dones de convicción
- Estimular la capacidad para crear estrategias.
- Adquirir conocimientos para convencer más y mejor a los clientes.
- Trabajar en equipo con eficacia.

Política y comunicación social.
- Comunicación de masas
- Sugestión colectiva.
- Técnicas de comunicación social

Deporte
- Incrementar la resistencia
- Desarrollar los reflejos y la rapidez
- Aumentar la concentración durante competiciones o ejercicios.
- Desarrollar la capacidad física total del cuerpo.
- Coordinar óptimamente la relación pensamiento-movimiento.
- Aumentar la fuerza física.
- Aumentar la motivación.

Las 10 preguntas más frecuentes acerca de la hipnosis:
¿Todo el mundo puede ser hipnotizado?Si entendemos la hipnosis como un estado focalizado de atención, donde no necesariamente tiene que darse la pérdida de conciencia o la falta de memoria sobre lo que ha sucedido en la sesión, la respuesta rotunda es SI. Pero si entendemos esta pregunta como si todo el mundo puede alcanzar el trance profundo (sonambúlico) –entendido en términos de hipnosis clásica- con una sugestionabilidad prácticamente total y con pérdida de conciencia, la respuesta sería NO. Conseguir un trance ligero o medio es relativamente fácil. Llegar a un trance profundo es más complejo; aproximadamente un 80% de sujetos puede llegar sin mucha dificultad a un estadio profundo. Al 20 % restante les sería difícil por diversas variables complicadas de saber o controlar (temor a perder la propia conciencia, prejuicios o creencias, falta de confianza en el inductor, etc.) Pese a este hecho, si usamos la hipnosis a nivel clínico o médico, en la mayoría de las ocasiones es suficiente con un trance medio para obtener resultados
¿Quién puede hipnotizar?La hipnosis es esencialmente una técnica. Por tanto todo aquel que la conozca lo suficiente y aprenda a aplicarla, puede hipnotizar. Otra cosa es que el inductor sepa después enfrentarse y resolver las diferentes situaciones que se le presenten durante la sesión. Si el hipnotizador no cuenta con conocimientos teorico-prácticos concretos y suficientes (incluso aunque se trate de médicos o psicólogos), podría ocasionar graves daños al hipnotizado. Más aún si el inductor persigue fines poco lícitos e intenta vulnerar la integridad física, psíquica o moral del inducido, lo cual ha sucedido numerosas veces, manipulando al hipnotizado. En algunos países la hipnosis clínica sólo está permitida a médicos y psicólogos previamente autorizados y preparados. En España existen centros de formación no académicos, aunque cada vez más en el ámbito universitario se están impartiendo cursos de postgrado o especialización.
¿Se puede quedar alguien eternamente dormido?Es completamente imposible que suceda. Tanto si practicamos la auto-hipnosis (sobre nosotros mismos), como la hetero-hipnosis, es decir, sobre otra persona, siempre acabaremos saliendo del estado hipnótico. Si por cualquier causa el hipnotizador desapareciera, el sujeto inducido pasaría progresivamente del trance hipnótico al sueño natural e iría despertando y despejándose progresivamente. Sucede en ocasiones que la persona está en una situación tan plácida que se resiste a despertarse. En ese caso podemos realizarle una contra-sugestión como : “si quieres permanecer o regresar en un futuro a este estado, debes despertar ahora ” –y normalmente abandonará la hipnosis. O simplemente le dejamos reposar hasta que despierte al cabo de un tiempo que suele ser corto.
¿Tiene la hipnosis contra-indicaciones?La hipnosis y todos los estados y técnicas similares producen un gran beneficio al organismo, ya que ayuda a eliminar tensiones físicas o emocionales, reduce ligeramente la tensión arterial, regula el ritmo cardíaco y respiratorio, equilibra los hemisferios cerebrales y si hablásemos en términos energéticos, reequilibra la bio-energía del cuerpo.Por tanto si somos personas normalmente sanas, no correremos ningún peligro. Sin embargo existen dos contra indicaciones absolutas: en general no debe practicarse hipnosis a personas con esquizofrenia o graves enfermedades mentales ¿por qué? Porque podríamos agravarles sus síntomas a parte de que serían difícilmente inducibles. El segundo caso se trata de personas con epilepsia o que hayan tenido crisis de este tipo recientes: durante la hipnosis les podría sobrevenir una de estas crisis, por lo que la prudencia aconseja no someterlas.
¿Tiene el hipnotizador algún poder especial?Rotundamente NO. Cuando se emplea la hipnosis como espectáculo, el hipnotizador se suele presentar con una aureola de poderes mentales excepcionales; esto forma parte del ambiente sugestivo que el inductor empleará para conseguir sus efectos espectaculares.Todo depende de lo sugestionables e impresionables que seamos. Realmente si una persona no lo desea, es muy difícil que se le induzca, a no ser que exista un miedo o un convencimiento tan extremo de que el hipnotizador tiene tal poder (ficticio) que nuestra propia creencia o convencimiento nos hará caer en hipnosis incluso a veces de forma instantánea a la más mínima sugerencia o toque del inductor. Para hipnotizar no se necesitan dotes especiales, aunque sí un mínimo de aptitudes. Por ejemplo una persona tímida, dudosa e insegura de sí misma sería un mal hipnólogo o hipnotizador.
¿Se puede inducir a alguien a realizar lo que no desea?Aunque diversos autores niegan esta posibilidad, nuestra práctica sólo con fines experimentales nos demuestra que SI. Todo depende de muchas y distintas variables, pero si el sujeto inducido tiene un grado suficiente de profundidad hipnótica, puede en todo o en parte, aceptar sin posibilidad de negarse las sugestiones que le imponga el hipnotizador. Se han dado numerosos casos de violaciones y de manipulación mental bajo estados de hipnosis –esto no es nada nuevo- Por ello no debemos dejarnos hipnotizar por personas que no tengan nuestra confianza.
¿Nos podemos hipnotizar a nosotros mismos?Por supuesto. La auto-hipnosis es una de las vertientes más interesantes de esta técnica.Para ello podemos utilizar –por ejemplo- un cassette, donde nos grabaremos una inducción para relajarnos progresivamente, incluyendo sugestiones como: “ cada vez estoy más tranquilo, mis músculos se van soltando, poco a poco voy sintiendo un ensueño agradable y profundo...” Al final, añadiremos las sugestiones que deseemos implantarnos para diversos fines, como estudiar más y mejor, dejar el tabaco, estar más tranquilos, etc.
¿Nos pueden hipnotizar sin que nos demos cuenta?La hipnosis está más presente en nuestras vidas de lo que nos imaginamos. De hecho si ésta sólo es un estado de atención más o menos aguda y focalizada, todos los días sufrimos en mayor o menor medida una o varias “hipnosis”. La publicidad – especialmente en la TV pretende hipnotizarnos (sugestionarnos) para que compremos un producto... los políticos usan técnicas de comunicación e imagen muy elaboradas para captar nuestra atención, incluso donde es más importante la impresión final que el discurso en sí. Pero volviendo a la hipnosis clásica, existen técnicas subliminales para inducir a un sujeto a estados hipnóticos e inducirle -sin necesidad de que exista pérdida de conciencia- a determinado comportamiento o actitud.A parte de esto existen algunos casos excepcionales como el del polaco Wolf Messing. Stalin la irrupción de la II Guerra mundial detuvier el trabajo de los “psicotrónicos” (parapsicólogos) soviéticos. El propio dictador le propuso en 1.940 que realizara una demostración: debía atracar un banco con las únicas armas de su potencia psíquica. En un céntrico banco de Moscú, Messing entregó una hoja en blanco al empleado, quien en pocos segundos le entregó sin dilación 100.000 rublos.
¿Existe la hipnosis instantánea?Si. Por ejemplo en los espectáculos hipnóticos, cuando el inductor se percata de que alguien entre su público es muy sugestionable e incluso muestra cierto miedo al acercársele, el propio temor y el hecho de que se vea al hipnotizador revestido de un poder especial, hará que a la más mínima insinuación de éste, el espectador caiga inmediatamente en hipnosis (normalmente se tratará de un trance ligero o medio y habrá que profundizar). El otro caso sería cuando una vez conseguida una inducción, al sujeto se le deja implantada una orden post-hipnótica como por ejemplo: “ cuando despiertes y en las próximas ocasiones en que yo te lo indique, caerás inmediatamente en este mismo estado” Dicha orden –si el estado conseguido es suficientemente profundo- queda implantada en la mente profunda del sujeto y puede perdurar incluso por tiempo indefinido.
¿Se puede hipnotizar a distancia?Esta es una de los campos de investigación más apasionantes de la materia. Es inquietante comprobar que en muchas ocasiones bajo hipnosis la actividad mental, su ámbito y alcance de conocimiento superaran espacio y tiempo. Nuestro sistema nervioso es una auténtica red por donde circula electricidad de bajo voltaje; donde hay electricidad, se puede dar electro-magnetismo, por lo cual el entramado sistema de neuronas extendidas a lo largo de nuestra anatomía se convierte en un virtual emisor-receptor de frecuencias que pueden llevar incorporada determinada información. La aplicación práctica que se deriva de lo que acabamos de decir, es uno de los secretos mejor guardados por los Gobiernos que lo han investigado. En 1997 saltaba a la luz que la extinta Unión Soviética había empleado durante los 70 y 80 espías controlados a distancia y programados mediante hipnosis. Nuestro internacionalmente conocido neurofisiólogo D. José Manuel Rodríguez
Delgado declara: “ a través de las técnicas empleadas por los soviéticos contra la
Embajada de EE.UU. podían leer a distancia las letras de la máquina de escribir de la secretaria”
Autor: Juan de Dios Maldonado SánchezWeb oficial del curso: http://www.cursodehipnosis.comEsta obra se encuentra bajo la licencia de creative commons:http://creativecommons.org/licenses/by-nc-sa/2.5/es/
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Sunday, August 20, 2006

Nuestro sistema nervioso es una auténtica red por donde circula electricidad de bajo voltaje; donde hayelectricidad, se puede dar electro-magnetismo, por lo cual el entramado sistema deneuronas extendidas a lo largo de nuestra anatomia se convierte en un virtual emisor-receptor de frecuencias que pueden llevar incorporada determinada información.
HIPNOTIZAR y METODO

¿Cómo hipnotizar?

Como ya se ha descrito el cerebro debe tener menos de 8 Hz, ello significa que la persona tiene que estar relajada. Como explicación mencionaremos que el estado alpha o de relajación en donde la persona se encuentra relajada pero atenta se encuentra entre 8 a 12 Hz y que es cuando nos encontramos descansados, filosofando, meditando o mirando una hermosa puesta del sol completamente enamorados.El estado entre 5 a 8 Hz es el estado denominado Theta y menor a 5 Hz se denominada Deltha en donde se realiza el sueño y también los fenómenos paranormales o de poderes ocultos.Entonces, el estado hipnótico, es realmente un estado de sueño y a la vez de realización de fenómenos más allá de normal. Por ello para hipnotizar el primer paso es relajar al paciente hacia el estado del sueño, pero sin que pierda el contacto con la realidad en un pequeño espacio en donde sólo escuche la voz del hipnotizador y sienta su energía.Cuando los practicantes de yoga, meditacion, tantra, sienten el satori, el samadhi o algún tipo de elevación, es producto de la energía que aplica el gurú, el maestro, swami, en el sexto chakra o algún lugar del cuerpo. Esta energía es similar a la del reiki, pranificación o sanación, que se aplica generalmente en la frente, parte superior de la cabeza, nuca, de aquel a quien se va a hipnotizar y con la ayuda de diversas técnicas de inducción, relajación o sofrología se lleva al estado requerido.MétodosSon inumerables y van desde la mirada, los pases magnéticos, hasta una serie de instrucciones por medio de la voz para que el paciente ingrese al mundo inconsciente y sea guiado en el consciente.Los métodos se aplican de una persona a otra o a uno mismo, esto segundo generalmente en la autosanación. La hipnosis clínica ha tenido importantes logros desde una operación de cesarea a mediados del siglo pasado sin ningñun tipo de anestesia, en donde la paciente fue sometida a una cesarea exitosa sin anestesia y permaneció cantando durante todo el proceso.Entonces existen diversos métodos eminentemente prácticos, uno de los cuales enseñaremos de inmediato y que se aplica a la sanación de enfermedades y la autosanación:
Acuestese o acueste comodamente a la persona a ser inducida.
Todas las instrucciones que siguen son hacia uno mismo o hacia la otra persona.
Mencione con voz clara y fluida, vocalizando pausadamente, que se relajen, se suelten, los pies.
Luego de una pausa de unos 5 segundos se pide que se relajen los tobillos y a intervalos de 5 segundos aproximadamente se sigue avanzando hacia las pantorillas, rodillas, ano, gluteos, vientre, estómago, espalda, pecho, hombros, brazos, antebrazos, manos, cuello, rostro, craneo, nuca.
Se repite una vez mas el proceso siempre son voz firme, serena, sin trabas.
Ahora se pide que autocoloque una imaginaria luz en alguna zona enferma o afectada de la persona inducida o paciente, una luz acompañada de calor, regeneración, armonía.
Luego de unos 15 segundos repetir la orden anterior.
Luego de unos 30 segundos ordenar que aumente la potencia de la luz y el calor y que realmente "sienta", que no se lo imagine, sino que los "sienta".
Luego de otros 30 segundos indicar que aumente la potencia al máximo y realmente esta sanando, regenerando, iluminando como miles de reflectores.
Luego de unos 2 minutos repetir la orden anterior para finalmente con otros 3 minutos indicar que la curación continuará durante el resto del día o de la noche.
Unos 2 o 3 minutos más y se le pedirá que haga 3 respiraciones lentas y profundas y luego que cruce los brazos en el pecho tocando cada mano el hombro opuesto para que vuelva a la normalidad.
Otras 3 respiraciones y poco a poco abra los ojos y baje los brazos.
Este método presenta tres niveles de intensidad, cada cual más intenso y dependiendo de la naturaleza de la enfermedad.

Thursday, August 17, 2006

Cómo practicar la meditación de la atención por Sákyong Mípham Rímpoche"

La práctica de la atención es simple y totalmente asequible. Simplemente sentándonos sin hacer nada, estamos haciendo mucho."En otro artículo comentaba porqué la atención es esencial para la práctica espiritual, sin importar la tradición espiritual que sigamos debemos tener una mente que sea capaz de permanecer en el momento presente si queremos profundizar en nuestra comprensión y experiencia. Ahora me gustaría hablar sobre algunos aspectos de la práctica de la atención en sí misma. En la meditación de la atención, o shámatha, intentamos conseguir una mente que sea estable y tranquila. Lo que empezamos a descubrir es que esta calma o armonía es un aspecto natural de la mente. A través de la práctica de la atención estamos simplemente desarrollándola y fortaleciéndola y a la larga somos capaces de permanecer en nuestra mente de una forma apacible sin luchar. Nuestra mente se siente contenta de una forma natural.Un punto importante es que cuando estamos en un estado de atención, sigue habiendo inteligencia. No es como si nos quedáramos en blanco. A veces la gente piensa que una persona que está en meditación profunda no sabe lo que ocurre, que es como estar dormido. Es cierto que hay estados meditativos en los que dejan de funcionar las percepciones sensoriales, pero ese no es el objetivo de la práctica de shamatha.Crear un entorno favorable Hay ciertas condiciones que son útiles para la práctica de la atención. Cuando creamos el entorno adecuado es más fácil practicar. Es bueno si el lugar donde meditas, aunque sea sólo un pequeño espacio en tu casa, tiene cierto ambiente sagrado que te inspire. También se dice que debes meditar en un lugar que no sea demasiado ruidoso o molesto y que no debes estar en una situación en la que tu mente vaya a ser fácilmente provocada hacia el odio o los celos o alguna otra emoción. Si estás molesto o irritado, entonces tu práctica se verá afectada.Empezar la práctica Yo animo a la gente a meditar frecuentemente pero durante cortos periodos de tiempo diez, quince o veinte minutos. Si la fuerzas demasiado, la práctica puede ir demasiado cargada de la personalidad, y entrenar la mente debe ser muy, muy simple. Así que puedes meditar durante diez minutos por la mañana y diez minutos por la noche, y durante ese tiempo estás verdaderamente trabajando con la mente. Entonces simplemente paras, te levantas y te vas. A menudo simplemente nos dejamos caer en la meditación y dejamos que nos lleve la mente a donde quiera. Debemos crear una sensación personal de disciplina. Cuando nos sentemos, podemos recordarnos: "Estoy aquí para trabajar con mi mente. Estoy aquí para entrenar mi mente". Está bien decirte esto, literalmente, cuando te sientes. Necesitamos esa clase de inspiración cuando empezamos a practicar.La posturaEl punto de vista budista es que la mente y el cuerpo están conectados. La energía fluye mejor cuando el cuerpo está erguido, y cuando está doblado el flujo cambia y eso afecta directamente tu proceso de pensar. Por eso hay un yoga de cómo trabajar con esto. No nos sentamos derechos porque estamos tratando de ser buenos alumnos; nuestra postura realmente afecta a nuestra mente.
Las personas que necesiten usar una silla para meditar deben sentarse derechas con los pies apoyados en el suelo. Los que usen un cojín de meditación como un zafu o un gomden deben encontrar una postura cómoda con las piernas cruzadas y las manos descansando sobre los muslos con las palmas hacia abajo. Las caderas no deben estar ni demasiado hacia delante, lo que crea tensión, ni tan hacia atrás que empieces a repantingarte. Debes tener una sensación de estabilidad y de fuerza.Cuando nos sentamos, lo primero que tenemos que hacer es habitar nuestro cuerpo tener realmente una sensación de nuestro cuerpo. A menudo es como si nos apuntalamos y pretendemos estar practicando, pero ni siquiera podemos sentir nuestro cuerpo; ni siquiera podemos sentir dónde está. En lugar de eso debemos estar aquí mismo. Así que cuando empieces una sesión de meditación, puedes emplear al principio un tiempo asentándote en tu postura. Puedes sentir como si tu columna vertebral fuera estirada hacia arriba desde la coronilla alargando tu postura y después se asienta. El principio básico es mantener una postura derecha, erguida. Estás en una situación sólida: tus hombros están nivelados, tus caderas están niveladas, tu columna vertebral está derecha. Puedes visualizar cómo pones tus huesos en la posición correcta y dejas que tu carne cuelgue de esa estructura. Utilizamos esta postura para permanecer relajados y despiertos. La práctica que estamos haciendo es muy precisa: debes estar muy despierto aunque estés calmado. Si te das cuenta de que estás embotado, confuso o adormecido, debes repasar tu postura.La miradaPara la estricta práctica de la atención, la mirada debe dirigirse hacia abajo enfocando a una distancia de unos 6 cm delante de tu nariz. Los ojos están abiertos pero no mirando fijamente; tu mirada es suave. Estamos intentando reducir la recepción sensorial tanto como podamos. La gente dice: "¿no debemos tener cierta sensación del entorno?" pero esa no es nuestra preocupación en esta práctica. Estamos simplemente intentando trabajar con la mente y cuanto más levantamos nuestra mirada, más nos vamos a distraer. Es como si tuvieras una luz en el techo que iluminara toda la habitación, y de repente la enfocaras justo abajo delante de ti. Estás ignorando a conciencia lo que hay alrededor de ti. Estás poniendo el caballo de la mente en un corral más pequeño.La respiraciónCuando hacemos la práctica de shámatha, nos familiarizamos más y más con nuestra mente, y aprendemos especialmente a reconocer el movimiento de la mente, que experimentamos como pensamientos. Hacemos esto usando un objeto de meditación para proporcionar un contraste o contrapunto a lo que sucede en nuestra mente. En cuanto nos vamos y empezamos a pensar sobre algo, la conciencia del objeto de meditación nos traerá de vuelta. Podemos poner una piedra enfrente de nosotros y usarla para enfocar nuestra mente, pero usar la respiración como objeto de meditación es particularmente útil porque nos relaja.Cuando empiezas la práctica, tienes cierta sensación de tu cuerpo y cierta sensación de donde estás, y entonces empiezas a darte cuenta de la respiración. Toda la sensación de la respiración es muy importante. Obviamente la respiración no debe ser forzada; estás respirando de forma natural. La respiración va adentro y afuera, adentro y afuera. Con cada respiración te vas relajando.Los pensamientos No importa qué tipo de pensamientos surjan, debes decirte a tí mismo: "Eso puede ser un asunto muy importante en mi vida, pero ahora mismo no es el momento para pensar en ello. Ahora estoy practicando la meditación." Esto nos lleva a cuán honestos somos, qué sinceros podemos ser con nosotros mismos, durante cada sesión. Todos se pierden con los pensamientos a veces. Puedes pensar: "No puedo creer que me pueda quedar tan absorto en algo así", pero intenta no hacerlo demasiado personal. Intenta simplemente ser tan imparcial como puedas. La mente estará salvaje y debemos reconocerlo. Si estamos intentando estar completamente libres de conceptos, sin estar discursivos en absoluto, eso simplemente no va a suceder.Así que a través del proceso de etiquetar, simplemente vemos nuestro estado discursivo. Cuando reconocemos que nos hemos perdido con los pensamientos, lo etiquetamos mentalmente "pensamiento" suavemente y sin juzgarlo y volvemos a la respiración. Cuando tenemos un pensamiento no importa cuán salvaje o extraño pueda ser simplemente lo dejamos irse y volvemos a la respiración, volvemos a la situación aquí.Cada sesión de meditación es un viaje de descubrimiento para comprender la verdad básica de quiénes somos. Al principio la lección más importante de meditación es ver la velocidad de la mente. Pero la tradición de la meditación dice que la mente no tiene porqué estar así: simplemente no se ha trabajado con ella.Lo que estamos hablando es algo muy práctico. La práctica de la atención es simple y totalmente asequible. Y al estar trabajando con la mente que experimenta directamente la vida, al simplemente sentarnos y no hacer nada, estamos haciendo mucho.
En la práctica de la meditación, la postura erguida es sumamente importante. Tener la espalda erguida no es una postura artificial; es lo natural en el cuerpo humano. Lo no habitual es encorvarse y desplomarse. Cuando uno se encorva no puede respirar bien, y una postura desgarbada es también signo de estar cediendo a la neurosis. De manera que al sentarse erguido, uno está proclamando, para sí y para el resto del mundo, que va a ser un guerrero, un ser íntegramente humano.Para mantener la espalda erguida no es preciso forzarse levantando los hombros; la posición erguida viene naturalmente al sentarse, simple pero orgullosamente, en el suelo, o sobre un cojín de meditación. Entonces, como uno tiene la espalda erguida, no siente ni rastro de timidez ni de vergüenza, y por lo tanto no agacha la cabeza. Uno no se está inclinando ante nada. Por eso, los hombros se enderezan automáticamente y uno empieza a tener la cabeza y los hombros bien plantados. Entonces puede dejar que sus piernas descansen naturalmente cruzadas a lo sastre; no es necesario que las rodillas toquen el suelo. Uno completa la postura apoyando ligeramente las manos sobre los muslos, con las palmas hacia abajo. Esta posición fortalece la sensación de estar ocupando adecuadamente su lugar.
En esta postura uno no se pone a dejar vagar la mirada al azar. Tiene la sensación de estar adecuadamente ahí; por eso los ojos están abiertos, pero la mirada se dirige ligeramente hacia abajo, quizás a un par de metros por delante de uno. De esta manera, la vista no se pasea de un lado a otro, sino que se tiene aún más la sensación de algo deliberado y definido. Esta pose majestuosa se puede apreciar en algunas esculturas egipcias y sudamericanas, como también en las estatuas orientales. Es una postura universal, que no se limita a una única cultura ni a un solo lugar.También en el diario vivir debe uno tener conciencia de su postura, del porte de la cabeza y los hombros, de su modo de caminar y de mirar a la gente. Aun cuando uno no esté meditando, puede mantener un estado existencial decoroso. Puede trascender su cortedad y enorgullecerse de ser un ser humano. Este orgullo es aceptable y bueno.Entonces, en la práctica de la meditación, estando sentado en una buena postura, uno presta atención a la respiración. Cuando respira está totalmente ahí, verdaderamente ahí. Con la exhalación uno sale de sí mismo, su aliento se disuelve, y luego la inhalación se da naturalmente. Entonces uno vuelve a salir de sí mismo. De manera que hay un constante salir con la exhalación. Cuando uno exhala se disuelve, se difunde. Entonces la inhalación se produce naturalmente; no es preciso seguir el aire que entra. Uno vuelve simplemente a su postura, y ya está listo para otra exhalación. Salir y disolverse: tsúuu; después volver a su postura; después tsúuu, y volver a su postura.Inevitablemente, al cabo de un rato se producirá un ¡bing!... un pensamiento. Llegado a ese punto uno dice para sí mismo: «pensamiento». No lo dice en voz alta; lo dice mentalmente: «pensamiento». Rotular así los pensamientos le facilita a uno tremendamente el volver a la respiración. Cuando un pensamiento nos aparta por completo de lo que efectivamente estamos haciendo cuando ni si- quiera nos damos cuenta de que estamos sentados en un cojín, sino que mentalmente estamos en Nueva York o en San Francisco, decimos «pensamiento» y retornamos a la respiración.En realidad no importa cuáles sean los pensamientos que uno tenga. En la práctica de la meditación sentada, tanto a los pensamientos monstruosos como a los pensamientos benignos, se los considera a todos puramente como pensamientos. No son ni virtuosos ni pecaminosos. Lo mismo da pensar en asesinar a su padre o querer prepararse una limonada y comerse unas galletas. No hay que dejarse escandalizar por sus pensamientos: ningún pensamiento es otra cosa que un pensamiento. Ninguno merece una medalla de oro ni una reprimenda. Uno se limita a rotularlos como «pensamientos», y luego vuelve a la respiración. «Pensamiento», y seguir respirando; «pensamiento», y seguir respirando.La práctica de la meditación es muy precisa. Hay que estar ahí en el instante mismo, en cada momento. Es un esfuerzo muy duro, pero si uno recuerda la importancia de la postura, eso le permitirá sincronizar la mente y el cuerpo. Si no se tiene una buena postura, la práctica se parecerá a un caballo cojo que intenta tirar de un carro; jamás dará resultado. Así que primero uno se sienta y toma su postura, y luego empieza a trabajar con la respiración; tsúuu. salir, volver a la postura; tsúuu, volver a la postura; tsúuu. Cuando surgen pensamientos, uno dice «pensamientos» y vuelve a la postura, vuelve a la respiración. Su mente está trabajando con la respiración, pero siempre mantiene uno el cuerpo como punto de referencia. Uno no está trabajando sólo con la mente; está trabajando con la mente y el cuerpo, y cuando ambos trabajan juntos, jamás puede uno apartarse de la realidad.El estado ideal de tranquilidad proviene de vivenciar la sincronización de cuerpo y mente. Si la mente y el cuerpo no están sincronizados, entonces el cuerpo se afloja, y la mente divaga. Es como un tambor mal hecho, en que el parche no se ajusta bien al bastidor, de modo que uno de los dos se rompe y la tensión no es constante. Cuando mente y cuerpo están sincronizados, entonces, gracias a la buena postura, la respiración se produce naturalmente; y como la respiración y la postura colaboran, la mente tiene un punto de referencia para orientarse. Por consiguiente, la mente sale naturalmente con la respiración.Este método de sincronización de mente y cuerpo nos enseña a ser muy simples ya sentir que no somos nada especial, sino seres comunes y corrientes, extremadamente comunes y corrientes. Uno se sienta simplemente, como un guerrero, y de eso dimana una sensación de dignidad individual. Uno está sentado sobre la tierra y se da cuenta de que esta tierra lo merece a uno y de que uno la merece. Uno está ahí... plenamente, en forma personal y auténtica. Es decir que el propósito de la práctica de la meditación, en la tradición shambhaliana, es de educar a la gente para que sea sincera y auténtica, fiel a sí misma.En cierto sentido debemos sentir que cargamos con un peso: llevamos la carga de ayudar a este mundo. No podemos dejar de lado esa responsabilidad hacia los demás. Pero si recibimos nuestra carga como un gozo, podemos realmente liberar a este mundo. y debemos empezar por nosotros mismos. Si somos abiertos y sinceros con nosotros mismos, podemos aprender también a ser abiertos con los demás. De esa manera, tomando como base la bondad que descubrimos en nosotros, podemos trabajar con el resto del mundo. Por esta razón, se considera que la práctica de la meditación es una buena manera es más, una manera excelente de vencer la guerra en el mundo, tanto nuestra propia guerra como las guerras mayores.¿Qué es la mente?por Sákyong Mípham Rímpoche"A través de la meditación empezamos a entender qué es la mente. Poco a poco, vamos desvelando su verdadera naturaleza: su claridad, su capacidad de conocer y su objetividad.”¿Cuál es la naturaleza de lo que sentimos que es la mente? De acuerdo con la sabiduría budista, decimos que la mente es clara, que conoce y que es objetiva.En primer lugar, decimos que la mente es objetiva. La mente es algo neutro que nos permite conocer lo que percibimos y que adopta la forma de lo que proyectamos en ella. Cuando la mente está tranquila, vemos que surgen emociones como el amor, la compasión y la comprensión. Por lo general, estas emociones, al contrario de las negativas, están más en armonía con la naturaleza básica de la mente.
Evidentemente, la mente no es un objeto físico, ya que no tiene forma. Se podría decir que es traslúcida y capaz de penetrarlo todo. No hay nada que se lo impida. ¿Qué quiere decir que la mente puede efectivamente penetrar las formas?Significa, por ejemplo, que si estamos muy enojados o ansiosos, o nos sentimos soberbios y orgullos, creemos que somos esa emoción. Cuando estamos sentados meditando y de pronto nos surge un pensamiento que nos hace enojarnos, sentimos que la rabia nos domina, casi como algo físico. La mente se empapa de esta emoción y se densifica. Por eso, se podría decir que la emoción cambia el formato de la mente. Como la mente no tiene una inclinación determinada, adquiere la forma de esa emoción. Con el paso del tiempo, lo que pasa es que la mente se sobrecarga con todas estas emociones y con los patrones que adoptamos.Por eso es tan útil e importante comprender su verdadera naturaleza. Eso nos puede dar esperanzas, porque sabemos que fundamentalmente la mente no es estúpida ni irritante, ni ignorante ni confusa. A veces es posible que nos sintamos estúpidos y enojados, pero eso se debe solamente a que la mente está condicionada. Tradicionalmente, se compara la mente con una tela blanca que ha sido teñida, pero que no pierde su pureza esencial.En segundo lugar, la mente es capaz de conocer. Es inteligente. ¿Por qué somos capaces de distinguir entre una roca, un libro y una pera? ¿Cómo sabemos que estamos dentro o fuera de un lugar? Lo que nos permite saberlo es la capacidad de conocer de la mente, su inteligencia. Es como la luz del sol: cuando sale el sol, su calor se extiende por todas partes. Ese calor se podría comparar con la capacidad de conocer.Por lo general, no nos asombramos de que la mente sea capaz de conocer. Sin embargo, en el proceso de la meditación es muy importante darse cuenta de esta capacidad básica de la mente. Cuando la meditación se convierte en una actividad constante, es común que nos preguntemos por la mente y su naturaleza. Nos preguntamos “¿de qué está hecha fundamentalmente? ¿será posible describirla?” Yo suelo compararla con un caballo salvaje. Un caballo salvaje e indómito, pero que puede ser domado. Una vez adiestrada, la mente se pone a nuestro servicio y no nos lanza de un lado a otro sin advertirnos. Por eso tenemos que saber qué estamos domando.En la meditación aprendemos a descubrir qué es la mente. Poco a poco, vamos distinguiendo los elementos que la componen: su claridad esencial, su capacidad de conocer y su objetividad. A medida que avanzamos, nos contactamos con esos aspectos puros de la mente, acercándonos cada vez más a su fuente. Quizás sigamos enojándonos o sintiéndonos estúpidos, pero a través del proceso de meditación vamos traspasando las capas de la mente y, a la larga, quizá incluso podamos ver más de cerca su auténtica naturaleza.En último término, la mente es clara. En este contexto, “claridad” significa que estamos muy cerca de los objetos que percibimos. A mí me gusta usar la analogía de bucear con una máscara. La primera vez que lo hice, el agua tenía mucho barro estaba muy turbia, así es que no vi mucho. Pero la segunda vez estaba transparente, y me impresionó ver todo tan nítido y tan cerca. Esa es la claridad a la que me refiero y que nos sorprende, porque todo se ve más nítido que lo habitual, y sentimos que somos uno con lo que nos rodea. Nos sentimos ahí, simplemente. No hay nada que se interponga.Para poner en práctica esta comprensión de la mente, hay varias técnicas que pueden aplicarse en distintas circunstancias. En cada etapa de la meditación uno se encuentra con obstáculos para los que hay distintos antídotos, concretamente formas de superarlos.
Como meditadores, tenemos que comprender el sendero: tenemos que conocer las etapas, los obstáculos y los antídotos. Necesitamos algo que nos oriente, porque la mente es tan amplia que nuestra tendencia es dejarnos llevar por los pensamientos. Nos viene una idea, que de momento nos parece buena, y luego viene otra. Nos vamos de pensamiento en pensamiento, de idea en idea, de emoción en emoción. Por eso necesitamos orientaciones, para atravesar ese espacio lleno de de conceptos y pensamientos.Cuando estamos meditando, de repente nos damos cuenta que aparecen ideas fugaces ("¿Le habré dado de comer al perro?”). Todos tenemos este tipo de pensamientos, pero hay pensamientos o conceptos arraigados que nos acompañan mucho tiempo, toda la vida incluso, y que son más difíciles de distinguir. Actitudes, creencias, preferencias políticas; ése es el tipo de conceptos que ni siquiera sabemos que tenemos. La práctica de la meditación nos da la oportunidad de irlos desvelando, capa por capa. Recuerden que en la meditación no se trata de superar los conceptos, porque eso sería considerarlos en un sentido negativo, como si fuéramos confusos por naturaleza. De lo que se trata es de desarrollar la inteligencia natural de la mente. Al principio es posible que nos digamos "necesito conceptos claros para entender lo que está pasando", y en esa etapa se podría decir que está bien. Como dijo el gran yogui Milarepa, "Errores, errores; si no hubiera sido por los errores, no estaría aquí".Shámatha y VipashyanaShambhala ofrece una amplia variedad de tradiciones de meditación, todas ellas basadas en el principio de no-agresión.La práctica fundamental de Shambhala es shámatha-vipashyana, o meditación de atención y darse cuenta.Shámatha significa paz y es el cultivo de la atención, lo que implica una falta de auto-decepción y lucha.Vipashyana es el desarrollo del darse cuenta, o visión interior, lo que permite ver las cosas de forma precisa, tal y como son.Al unir shámatha y vipashyana nos relajamos en el momento presente y la simplicidad, al mismo tiempo que surge la visión interior y la conexión con el mundo. La instrucción de meditación no es simplemente la presentación de una técnica que puede leerse en un libro. Es la expresión de la transmisión oral de maestro a estudiante, un linaje ininterrumpido desde hace 2.500 años.Miembros acreditados de los Centros de meditación Shambhala instruyen a los estudiantes en la práctica de la meditación y trabajan con ellos en el desarrollo de su práctica, a la vez que les ayudan a unir la visión y la experiencia de la meditación con la vida diaria.La instrucción de meditación se ofrece de forma totalmente gratuita en todos los Centros de meditación Shambhala.LIBROS SOBRE SHAMBHALA Y BUDISMO (Traducciones publicadas en español)Actualizado a Febrero 2006Sakyong Mipham RinpocheCONVERTIR LA MENTE EN NUESTRA ALIADA(Turning the Mind into an Ally)Traducción de Alfonso TaboadaBilbao: Editorial Desclée de Brouwer, 2003ISBN 84-330-1806-Xampliar fotoChögyam Trungpa Rinpoche

Saturday, May 20, 2006

CHAMANISMO ESENCIAL

EL VIAJE CHAMÁNICO: OBSERVACIONES DE LA TERAPIA HOLOTRÓPICA

Stanislav Grof

Este capítulo está basado en casi tres décadas de exploración sistemática del potencial terapéutico de los estados no ordinarios de conciencia, inducidos por substancias psicodélicas y otras técnicas no farmacológicas. Aproximadamente, los primeros veinte años se dedicaron al trabajo clínico con productos psicodélicos y los diez últimos a la experimentación con poderosas técnicas alternativas sin el uso de drogas.

Un método moderno de inducción chamánica

A lo largo de esta década, mi esposa Christina y yo hemos elaborado una técnica psicoterapéutica que denominamos integración holonómica o terapia holotrópica. En la misma se combina la respiración controlada, la música evocativa y otras formas de tecnología del sonido, trabajo corporal concentrado y dibujos de mandalas. Con este enfoque desprovisto del uso de drogas, es posible facilitar la totalidad de la gama de experiencias característica de las sesiones psicodélicas y de los viajes chamánicos.

Su objetivo no es la exploración gradual de los diversos niveles del inconsciente individual, como en las psicoterapias «verbales» occidentales, sino el facilitar una poderosa experiencia transformadora de naturaleza trascendental. Por consiguiente, en muchos sentidos nuestros objetivos terapéuticos están más cerca de las tradiciones chamánicas de curación psicofisiológica que de la mayoría de las psicoterapias verbales occidentales, si bien nuestro enfoque coincide con el de Carl Gustav Jung, en cuanto a que nuestro objetivo es el de facilitar la autocuración del paciente, ayudándole a adquirir conciencia y a reintegrar los elementos fragmentados del complejo mente-cuerpo.

Con el uso de la terapia holotrópica, es posible inducir fenómenos frecuentemente indistinguibles de los estados psicodélicos, sin utilizar agentes farmacológicos, sino simplemente aumentando el ritmo de la respiración, usando la tecnología del sonido y ciertas técnicas de ejercicio corporal que describiré más adelante. Cuando los fenómenos descritos en este capítulo pueden ser desencadenados por algo tan fisiológico como la hiperventilación, no puede haber duda alguna de que reflejan auténticas propiedades de la psique.

Los principios de la terapia holotrópica son sumamente simples. Se le pide al paciente que se acueste con los ojos cerrados, que se concentre en la respiración y en las sensaciones corporales, y que mantenga un ritmo de respiración más rápido y eficaz que de costumbre. Durante la preparación psicológica precedente, se le incita a suspender toda actividad analítica y a aceptar cualquier experiencia que emerja, con plena confianza y sin prejuicios. En este contexto se recomienda abstenerse de emplear técnicas dirigidas o cualquier otro intento de modificar la experiencia espontánea e influir en la misma. La actitud general debe ser semejante a la de ciertos métodos de meditación budistas, limitándose a observar las experiencias emergentes, registrarlas y no retenerlas.

Después de un intervalo que varía de una persona a otra, el individuo comienza a experimentar fuertes emociones y desarrolla pautas estereotipadas de tensión muscular. Con la continuación de la respiración acelerada, se incrementa la tensión emocional y física hasta llegar a la liberación y resolución espontáneas. En general, la tensión física corresponde a las áreas donde el sistema indio de yoga kundalini visualiza los centros de energía psíquica, o chakras.

Estas tensiones se manifiestan en forma de intensas presiones circulares o incluso fuertes dolores en la frente o en los ojos, constricción de la garganta y bloqueo de la mandíbula, y presión en el tórax, el ombligo y el bajo abdomen. También es común la tensión en manos y brazos, pies y piernas, cuello, hombros y riñones. Esto es evidentemente una descripción sinóptica y estadística. En la práctica, los sujetos no manifiestan todos los síntomas descritos, sino cuadros individuales de distribución de dichas tensiones, en los que ciertas áreas están dramáticamente representadas y otras no sufren efecto alguno.

En el contexto de la psiquiatría tradicional influida por el modelo médico, la reacción a la hiperventilación y en particular los famosos «espasmos carpopedales» (contracción de los músculos de las manos y de los pies) ha sido considerada como la reacción fisiológica obligatoria a la respiración rápida e intensa, conocida como «síndrome de hiperventilación». Se estima que es algo alarmante y cuando ocasionalmente ocurre de un modo espontáneo con pacientes neuróticos (particularmente histéricos), suele tratarse con tranquilizantes, calcio intravenoso y una bolsa de papel sobre la cara.

El uso de la hiperventilación con fines terapéuticos y autoexploratorios demuestra lo erróneo de dicho punto de vista. En todos los grupos con los que hemos trabajado, varias personas han respondido a la hiperventilación con una relajación progresiva, una sensación de expansión y visiones de una luz de una belleza sobrenatural. Han concluido la sesión en una profunda experiencia trascendental de unidad cósmica. A los que desarrollan tensiones físicas y emociones difíciles, la respiración continuada les conduce típicamente a un estado de resolución, seguido a su vez de una profunda relajación, paz y serenidad. A menudo, el resultado final de la sesión es un estado profundamente místico, que puede aportar beneficios duraderos y ser personalmente significativo para el sujeto. Paradójicamente, el enfoque represivo habitual de la psiquiatría tradicional ante los episodios ocasionales espontáneos de hiperventilación perturba un proceso potencialmente terapéutico con algunos pacientes neuróticos.

Durante la hiperventilación, conforme aumentan las tensiones físicas y emocionales, y se resuelven, el individuo puede tener una serie de poderosas experiencias, que se describirán con mayor detalle más adelante. Puede revivir sucesos autobiográficos importantes de la infancia, adolescencia o vida adulta y experimentar otros tipos diversos de fenómenos transpersonales. En particular, suele haber una confrontación con distintos aspectos del recuerdo del nacimiento biológico y un encuentro profundo con la muerte, fenómenos caracterizados como experiencias de «muerte y renacimiento» en los ritos de iniciación chamánica.

En el contexto de la terapia holotrópica, al efecto de por sí potente de la hiperventilación se agrega el de la música evocativa, o tecnología del sonido, desarrollada por diversas culturas con el propósito específico de alterar la conciencia, como por ejemplo los tambores chamánicos. Otra faceta que intensifica el efecto de esta técnica es su uso en grupo, de modo que los participantes alternen su función de experimentadores con la de experimentados, bajo la supervisión del terapeuta.

Idealmente, la propia respiración activa conduce a la resolución de todo lo que se ha liberado y emergido en la conciencia. Si el sujeto acaba con tensiones residuales o emociones desagradables, se puede facilitar su resolución por medio de una técnica de ejercicio corporal concentrado, que elaboré originalmente para el período conclusivo de las sesiones psicodélicas.

El principio básico, en este caso, es el de alentar al sujeto para que no ofrezca resistencia alguna a las emociones, sensaciones y energía física emergentes, y para que encuentre una forma apropiada de expresarlas por medio de sonidos, muecas, posturas y movimientos, sin juzgar ni analizar la experiencia. La función de los facilitadores es la de seguir el flujo de energía y estimular su plena exteriorización. Se persiste en esta labor hasta que el sujeto alcanza un estado de resolución y relajación.

La barrera sensorial y el nivel biográfico-recordatorio

Las técnicas que facilitan acceso experiencial al inconsciente tienden a activar inicialmente los órganos sensoriales. Por consiguiente, la exploración profunda empieza en muchos casos con una serie de experiencias sensoriales indeterminadas, tales como visiones elementales de colores y pautas geométricas, sonidos de campanas o zumbidos, sensaciones táctiles en diversas partes del cuerpo, o la experiencia de distintos gustos u olores. Éstas son de una naturaleza más o menos abstracta, sin ningún significado simbólico más profundo, y su contribución a la autoexploración y autocomprensión es insignificante. Parecen representar una barrera sensorial que es preciso cruzar, antes de emprender el viaje hacia el interior de la psique.

Conforme avanza el proceso, el próximo reino de la psique más asequible suele ser el nivel biográfico-recordatorio y el del inconsciente individual. A pesar de que los fenómenos correspondientes a esta categoría son de una importancia teórica y práctica considerable, no es necesario dedicar mucho tiempo a su descripción, ya que la mayoría de los enfoques psicoterapéuticos verbales tradicionales se limitan a este nivel de la psique. Existe abundante literatura profesional en la que se analizan las sutilezas de la psicodinámica de los reinos biográficos. Lamentablemente, distintas escuelas se contradicen entre sí y no existe unanimidad en cuanto a los factores significativos de la psique, la razón del desarrollo de la psicoterapia eficaz.

Una diferencia fundamental entre las psicoterapias verbal y experiencial es el significado de la traumatización física directa en la historia del individuo. En la psiquiatría, psicología y psicoterapia tradicionales se subrayan exclusivamente los traumas psicológicos. No se considera que los traumas físicos influyan directamente en el desarrollo psicológico del individuo, ni que participen en la psicogénesis de los trastornos emocionales y psicosomáticos. Esto contrasta vivamente con las observaciones del trabajo experiencial profundo, en los cuales los recuerdos de traumas físicos parecen ser de suma importancia. En el trabajo psicodélico, la terapia holotrópica y otros poderosos enfoques experienciales, el hecho de revivir enfermedades graves, heridas, operaciones, o situaciones próximas a la asfixia, es harto común y mucho más significativo que los psicotraumas habituales. Las emociones y sensaciones físicas residuales de situaciones que han supuesto un peligro para la vida o para la integridad del organismo parecen jugar un papel significativo en el desarrollo de diversas formas de psicopatología, todavía no reconocidas por la ciencia académica.

Las experiencias acerca de traumas físicos graves representan una transición natural entre el nivel biográfico y el reino siguiente, cuyos constituyentes principales son los dobles fenómenos del nacimiento y la muerte. Los sucesos que los componen aluden a la vida postnatal del individuo y, por consiguiente, su naturaleza es biográfica. Sin embargo, por el hecho de haber llevado al individuo hasta las puertas de la muerte y haberse caracterizado por unas molestias y un dolor extremos, se vinculan con el trauma del nacimiento. Por razones evidentes, los recuerdos de traumas y enfermedades que hayan entorpecido severamente la respiración, como la pulmonía, la difteria, la tos ferina o el haber estado a punto de ahogarse, son particularmente significativos en este contexto.

Encuentro con el nacimiento y la muerte: dinámica de las matrices perinatales básicas

El aspecto más característico de las experiencias que tienen su origen en este nivel de la psique es su enfoque del dolor físico y emocional, la enfermedad y la decrepitud, el envejecimiento, los últimos suspiros y la muerte. El concienciamiento de la muerte halla su expresión no sólo en el contenido escatológico de las ideas y en las visiones de personas y animales moribundos, cuerpos y cadáveres putrefactos, esqueletos, cementerios y funerales, sino en un encuentro experiencial profundo con el proceso de morir y con la propia muerte, con concomitantes biológicos y emocionales sumamente convincentes.

La confrontación profunda con la muerte, característica de estas secuencias experienciales, tiende a estar íntimamente entrelazada con una serie de fenómenos claramente relacionados con el proceso del nacimiento biológico. Al enfrentarse a la agonía y la muerte, los individuos tienen simultáneamente la experiencia de estar luchando para nacer y/o dar a luz. Asimismo, muchos de los actos y manifestaciones fisiológicas de estas experiencias pueden explicarse fácilmente como derivaciones del proceso del nacimiento.

Es bastante común en este contexto identificarse con un feto y revivir diversos aspectos de su propio nacimiento biológico, con detalles específicos y perfectamente verificables. El elemento de la muerte puede ser representado por una identificación simultánea o alternativa con individuos enfermos, ancianos o moribundos. A pesar de que la totalidad de la gama de dichas experiencias no se puede reducir exclusivamente al hecho de revivir el nacimiento biológico, el trauma del nacimiento parece representar un aspecto fundamental del proceso experiencial en este nivel. Por ello denomino este nivel del inconsciente perinatal.

Perinatal es un término compuesto de origen latín y griego, cuyo prefijo peri significa «cerca de» o «próximo a» y la raíz natalis hace referencia al nacimiento. Se utiliza comunmente en medicina para describir procesos inmediatamente precedentes al nacimiento, asociados con el mismo, o inmediatamente posteriores; así pues, en los textos de medicina se habla de hemorragias, infecciones o traumatismos cerebrales perinatales. En contraste con el uso tradicional de este término en tocología, la palabra perinatal se utiliza en este capítulo con relación a experiencias.

La conexión antes descrita entre el nacimiento biológico y las experiencias perinatales es bastante profunda y específica. Permite utilizar las etapas clínicas del parto para la construcción de un modelo conceptual, que nos ayude a comprender la dinámica del nivel perinatal del inconsciente e incluso realizar predicciones específicas con relación al proceso de muerte-renacimiento en diferentes individuos.

Las experiencias de la muerte y renacimiento reflejadas en el nivel perinatal del inconsciente son sumamente complejas y fecundas. Las secuencias relacionadas con diversas etapas y facetas del nacimiento biológico acostumbran a ser de una naturaleza típicamente mitológica, mística, arquetípica, histórica, sociopolítica, antropológica, o filogenética. Suelen aparecer en cinco pautas o constelaciones experienciales características. Parece existir una conexión profunda entre estos conjuntos temáticos y las etapas clínicas del parto, que se suceden como sigue.

1) La experiencia de unidad cósmica: el universo amniótico

Esta importante experiencia perinatal parece estar relacionada con la unión primigenia con la madre, el estado original de existencia intrauterina durante el cual madre e hijo forman una unión simbiótica. Si no la entorpece ningún estímulo nocivo, la situación del niño puede ser prácticamente óptima, ya que ofrece seguridad y la satisfacción permanente de todas las necesidades. Las características básicas de esta experiencia son la trascendencia de la dicotomía sujeto-objeto, un estado de ánimo fuertemente positivo (de paz, serenidad, tranquilidad y éxtasis oceánico), una sensación de santidad, la trascendencia del espacio y del tiempo, e introspecciones abundantes de importancia cósmica.

El contenido específico de estas experiencias puede ser extraído de situaciones que comparten con el mismo la carencia de fronteras y obstrucciones, tales como una identificación con el océano y formas de vida acuática, o con el espacio interestelar. Las imágenes de los mejores aspectos de la naturaleza (madre naturaleza) y las visiones arquetípicas de los cielos y del paraíso pertenecen también a esta categoría. Es importante subrayar que sólo los episodios de la vida embrional carentes de perturbaciones van acompañados de este tipo de experiencias. Las perturbaciones de la existencia uterina van asociadas a imágenes de peligros subacuáticos, contaminación, naturaleza inhospitalaria e insidiosos demonios de culturas diversas.

2) La experiencia del engolfamiento cósmico

Esta pauta experiencial parece estar relacionada con el comienzo del parto, cuando se ve perturbada la armonía anterior. Al principio, esto ocurre como consecuencia de señales químicas alarmantes y a continuación por las contracciones mecánicas de la musculatura uterina.

Esta situación se experimenta subjetivamente como peligro vital inminente. Una sensación abrumadora de angustia de flotar libremente conduce a ideas y percepción paranoicas. La intensificación de este estado se resuelve típicamente en la experiencia de un vórtice o torbellino monstruoso, cuyo centro engulle ineludiblemente al individuo y a su mundo.

Una variación experiencial frecuente de este tema es la de ser deglutido por una bestia arquetípica, atrapado por un pulpo o capturado por una gigantesca araña. Una forma menos dramática de la misma experiencia la constituye el descenso al bajo mundo y el encuentro con criaturas demoníacas. Motivos del chamanismo clásico indican la familiaridad de los chamanes con dicho reino.

3) La experiencia del callejón sin salida o infierno

Esta experiencia está lógicamente relacionada con la primera etapa clínica del parto, plenamente desarrollada. Durante la misma, el feto se ve periódicamente constreñido por espasmos uterinos, mientras el cuello del útero permanece cerrado sin salida posible. El sujeto se siente atrapado, enjaulado y atascado en una pesadilla claustrofóbica, en la que pierde todo contacto con el tiempo lineal. La situación parece absolutamente insoportable, inacabable y desesperada. Por consiguiente, es lógico que el individuo se suela sentir experiencialmente identificado con presos en mazmorras o campos de concentración, víctimas de la Inquisición, pacientes en sanatorios mentales, o pecadores en el infierno y figuras arquetípicas que representen la condena eterna. Durante la profunda crisis existencial de la que este estado se ve típicamente acompañado, la existencia parece una farsa carente de significado o un teatro del absurdo.

4) La experiencia de la lucha de la muerte-renacimiento

Muchos aspectos importantes de esta matriz experiencial son comprensibles a partir de su asociación con la segunda etapa clínica del parto. En esta etapa prosiguen las contracciones uterinas, pero ahora el cuello del útero se ha dilatado y permite una propulsión gradual del feto por el canal del parto. Esto implica una enorme lucha por la supervivencia, unas presiones mecánicas apabullantes y, con frecuencia, cierto grado de anoxemia y sofocación. En las fases terminales del parto, el feto puede entrar íntimamente en contacto con materias biológicas como sangre, mucosidades, orina y heces.

Desde el punto de vista experiencial, esta pauta es bastante intensa y ramificada. Además de revivir con realismo diversos aspectos de la lucha en el canal tienen lugar en secuencias plia variedad de fenómenos, que temáticas típicas, relacionadas por una profunda lógica experiencial con aspectos anatómicos, fisiológicos y bioquímicos del proceso del parto. Entre ellos, los más importantes son los elementos de una lucha titánica, experiencias sadomasoquistas, una fuerte excitación sexual, episodios demoníacos, aspectos escatológicos y un encuentro con el fuego. Todo esto ocurre en el contexto de una lucha muerte-renacimiento determinada.

Las imágenes específicas incluyen batallas mitológicas de enormes proporciones, en las que participan ángeles y demonios, o dioses y titanes, elementos violentos de la naturaleza, secuencias de revoluciones y guerras sangrientas, imágenes en las que interviene la pornografía y las desviaciones sexuales, violencia, orgías satánicas y noches de aquelarre, crucifixiones y sacrificios rituales.

5) La experiencia muerte-renacimiento

Esta matriz perinatal está relacionada significativamente con la tercera etapa del parto clínico, o sea, con el nacimiento propiamente dicho. En esta última etapa, el proceso agonizante de la lucha por nacer llega a su fin, culmina con la propulsión por el canal del parto, y la acumulación del dolor, tensión y excitación sexual se convierten de pronto en alivio y relajación. Al cortar el cordón umbilical, se completa la preparación física de la madre y el niño comienza su nueva existencia como individuo anatómicamente independiente.

Al igual que con las demás matrices, algunas de las experiencias de esta etapa son reproducción fidedigna de los acontecimientos biológicos del parto, así como de ciertas intervenciones tocológicas. El correspondiente simbólico de esta última etapa del parto es la experiencia muerte-renacimiento.

Paradójicamente, sólo a un paso de una fenomenal liberación, el individuo tiene una sensación de catástrofe inminente de enormes proporciones. Con frecuencia esto conduce a una concienzuda lucha para poner fin a la experiencia. Si se le permite que proceda, esta experiencia incluye una sensación de aniquilación a todos los niveles imaginables: destrucción física, debacle emocional, derrota intelectual, fracaso moral definitivo y una condena absoluta de enormes proporciones. Esta experiencia de la «muerte del ego» parece involucrar la destrucción despiadada e instantánea de todos los puntos de referencia anteriores en la vida del individuo. En esta etapa, puede que los chamanes hagan referencia a la desmembración realizada por demonios o animales feroces.

A la experiencia de aniquilación total y de «caer en lo más bajo del cosmos», le siguen inmediatamente visiones de una poderosísima luz blanca y dorada, de un brillo y belleza sobrenaturales, que cabe relacionar con una sobrecogedora exposición de entidades arquetípicas divinas, el espectro del arco iris, o los complejos diseños de una cola de pavo real. El sujeto experimenta una profunda sensación de liberación emocional y espiritual, redención y salvación. Habitualmente, se siente liberado de toda angustia, depresión y culpa, limpio y redimido. A esto le acompaña un diluvio de emociones positivas hacia sí mismo, los demás y la existencia en general. El mundo parece ser un lugar hermoso y seguro, y aumenta claramente el deseo de vivir. El chamán regresa de su búsqueda visionaria iniciatoria cargado con una nueva sensación de propósito y significado.

Viajes más allá del cerebro: dimensiones transpersonales de la psique

Las secuencias experienciales de la muerte y renacimiento acostumbran a abrir la puerta a un dominio transbiográfico en la psique humana, cuyo mejor calificativo es el de transpersonal. El nivel perinatal del inconsciente representa claramente un vínculo entre los reinos biográfico y transpersonal, o inconsciente individual y colectivo. En la mayoría de los casos, a las experiencias transpersonales les precede un dramático encuentro con el nacimiento y la muerte. Sin embargo, existe una alternativa importante, que a veces permite el acceso experiencial directo a diversos elementos transpersonales y temas correspondientes, sin enfrentarse al nivel perinatal.

El denominador común de este abundante y ramificado grupo de fenómenos es la sensación, por parte del sujeto, de que su conciencia se ha expandido más allá de las limitaciones habituales de su ego y ha trascendido las fronteras del tiempo y del espacio. En los estados ordinarios o «normales» de conciencia, tenemos la sensación de existir dentro de las limitaciones del cuerpo físico (imagen corporal) y nuestra percepción del ambiente viene determinada física y fisiológicamente por la gama de nuestros órganos sensoriales.

Tanto nuestra percepción interna (interocepción) como la externa (exterocepción) están limitadas por las fronteras espaciales y temporales habituales. En circunstancias ordinarias, sólo podemos experimentar plenamente y con todos nuestros sentidos los sucesos del presente y del ambiente circundante. Podemos recordar el pasado y anticipar los acontecimiento del futuro o fantasear sobre ellos, pero ni el pasado ni el futuro están al alcance de la experiencia directa.

En las experiencias transpersonales, tal como ocurren en sesiones psicodélicas, con técnicas autoexploratorias sin el uso de drogas, o espontáneamente, parece que se trascienden una o varias de las limitaciones anteriores. Este tipo de experiencias pueden dividirse en tres grandes categorías. Algunas implican la trascendencia del tiempo lineal y son interpretadas por los sujetos como regresión histórica y exploración de su pasado biológico, cultural y espiritual, o como progresión histórica hacia el futuro. La segunda categoría es la de las experiencias caracterizadas primordialmente por la trascendencia de las barreras espaciales ordinarias, en lugar de las temporales. El tercer grupo se caracteriza por la exploración de dominios que la cultura occidental no considera que formen parte de la realidad objetiva. Las tradiciones chamánicas han descrito y catalogado muchas gamas de realidades no ordinarias accesibles en dichos estados.

En estados de conciencia no ordinarios, muchos sujetos tienen vivencias bastante concretas y realistas de episodios que identifican como recuerdos fetales y embrionarios. No es raro, en estas circunstancias, en un nivel de conciencia celular, identificarse plenamente con el esperma y el óvulo en el momento de la concepción. A veces la regresión histórica va más lejos y el individuo tiene la sensación convincente de revivir recuerdos de la vida de sus antepasados, o incluso de acceder a los archivos del inconsciente racial o colectivo. En algunas ocasiones, los sujetos afirman haberse identificado con diversos animales de la escala evolutiva, o haber tenido la clara sensación de revivir episodios dramáticos de una encarnación anterior.

Las experiencias transpersonales que incluyen la trascendencia de barreras espaciales sugieren que las fronteras entre el individuo y el resto del universo no son firmes y absolutas. En circunstancias especiales es posible identificarse con cualquier cosa del universo, incluida la propia totalidad del cosmos. Entre éstas se cuentan las experiencias de fusión con otra persona en un estado de unidad dual, o asumiendo la identidad de la otra persona; «sintonizar» con la conciencia de un grupo específico de gente, o bien sentir la expansión de la conciencia hasta tal punto que parezca abarcar a toda la humanidad. Asimismo, uno puede trascender los límites de la experiencia específicamente humana e identificarse con la conciencia de los animales, plantas o, incluso, objetos y procesos inorgánicos. En un caso extremo, es posible experimentar la totalidad de la biosfera de nuestro planeta o el conjunto del universo material.

En un número elevado de experiencias transpersonales, la extensión de la conciencia parece ir más allá del mundo fenoménico y del continuo espacio-tiempo, tal como lo percibimos en la vida cotidiana. A esa realidad pertenecen numerosas visiones de personajes y temas arquetípicos, encuentros con las divinidades y los demonios de distintas culturas, y complejas secuencias mitológicas. También son bastante comunes los informes de apariciones de espíritus de difuntos, entes sobrehumanos y habitantes de otros universos.

Las visiones de pautas arquetípicas abstractas, la comprensión intuitiva de símbolos universales (cruz, ankh, yin yang, svástica, estrella de cinco puntas, o estrella de seis puntas), la vivencia de los meridianos y del flujo de energía ch'i descrita por la filosofía y la medicina china; o el despertar del poder de la serpiente (kundalini) y la activación de diversos centros de energía psíquica o chakras, constituyen ejemplos adicionales de este tipo de fenómenos. En los casos más extremos, la conciencia individual puede llegar a identificarse con la conciencia cósmica o mente universal. El summum de las experiencias parece ser la identificación con el vacío supracósmico y metacósmico, la misteriosa ausencia primordial y la nada consciente de sí misma, que contiene en forma germinal y potencial la totalidad de la existencia.

Experiencias transpersonales y la visión chamánica del mundo

Las experiencias transpersonales tienen muchas características extrañas que destruyen los supuestos más fundamentales de la ciencia materialista y del punto de vista mecanicista del mundo, que apuntan a un paradigma más cercano a los que caracterizan los sistemas de creencias chamánicas y diversas ramas de la filosofía mística o «perenne».

Los investigadores que han estudiado seriamente y/o experimentado estos fascinantes fenómenos comprenden que todo intento por parte de la psiquiatría tradicional de desecharlos como productos insignificantes de la imaginación, o como fantasías erráticas generadas por procesos cerebrales patológicos, es superficial e inadecuado. Cualquier estudio del dominio transpersonal de la psique realizado sin prejuicios llegará ineludiblemente a la conclusión de que sus observaciones suponen un crítico reto al paradigma newtoniano-cartesiano de la ciencia occidental.

A pesar de que las experiencias transpersonales ocurren en un proceso de autoexploración personal profunda, no es posible interpretarlas simplemente como fenómenos intrapsíquicos en un sentido convencional. Por una parte, forman un continuo vivencial ininterrumpido con experiencias biográfico-recordatorias y perinatales. Por otra, parecen tener acceso directo, sin mediación de los órganos sensoriales, a las fuentes de información que están claramente fuera del alcance del individuo, como convencionalmente se define.

Entre los informes de sujetos que han experimentado episodios de su existencia embrionaria, del momento de la concepción y que han vivenciado elementos de conciencia celular y orgánica, abundan detalles médicos de gran exactitud con respecto a los procesos anatómicos, fisiológicos y bioquímicos correspondientes. Asimismo, las experiencias ancestrales, los recuerdos raciales y colectivos en el sentido junguiano, y los recuerdos de encarnaciones anteriores, aportan frecuentemente detalles específicos de la arquitectura, el atuendo, las armas, el arte, la estructura social y las prácticas religiosas de la cultura y período en cuestión, o incluso acontecimientos históricos concretos.

Los sujetos que experimentan secuencias filogenéticas o que se identifican con formas de vida existentes, no sólo las hallan auténticas y convincentes, sino que al mismo tiempo adquieren una introspección extraordinaria de la psicología, etología, costumbres específicas o de insólitos ciclos de reproducción de los animales. En algunos casos, la experiencia va acompañada de inervaciones musculares arcaicas, impropias de un ser humano, o incluso de complejas representaciones que reproducen las danzas de apareamiento.

Los individuos que experimentan episodios de identificación consciente con plantas o con parte de las mismas, de vez en cuando afirman haber adquirido una profunda introspección de procesos botánicos como la germinación de las semillas, la fotosíntesis de las hojas, la función de las auxinas en el crecimiento de las plantas, el intercambio de agua y minerales en las raíces, y la polinización. Igualmente común es la convincente sensación de identidad consciente con la materia inanimada o con los procesos inorgánicos: el agua del océano, el fuego, los rayos, la actividad volcánica, los huracanes, el oro, los diamantes, el granito, e incluso las estrellas, las galaxias, los átomos y las moléculas. Desde el punto de vista de un paradigma que reconozca la existencia del reino transpersonal, las referencias a la comunicación con otras especies o incluso con objetos «inanimados», como en el caso de los chamanes, ya no pueden ser consideradas como síntomas psicopatológicos.

Existe otro grupo interesante de fenómenos transpersonales, susceptible frecuentemente de validación e incluso de se investigado experimentalmente. Al mismo pertenecen la telepatía, el diagnóstico psíquico, la clarividencia, la clariaudiencia, la precognición, la psicometría, las experiencias extracorporales, los viajes clarividentes y otros casos de percepción extrasensorial. Evidentemente, éstos han sido estudiados a fondo y utilizados en el chamanismo y en otras tradiciones místicas o mágicas. A pesar de que representan el único grupo de fenómenos transpersonales de los que los círculos académicos occidentales han llegado a ocuparse ocasionalmente, por desgracia su enfoque ha sido siempre decididamente negativo.

Desde una perspectiva más amplia, no existe razón alguna para no clasificar los fenómenos denominados paranormales en una categoría especial. Dado que otros tipos de experiencias transpersonales suelen facilitar el acceso a una nueva información sobre el universo por canales extrasensoriales, la frontera que separa la psicología de la parapsicología desaparece, o por lo menos se convierte en bastante arbitraria, a partir del momento en que se admite y reconoce la existencia del dominio transpersonal.

El reto filosófico de las observaciones descritas, ya en sí imponente, se ve todavía aumentado por el hecho de que en los estados no ordinarios de conciencia, las experiencias transpersonales que reflejan correctamente el mundo material aparecen en el mismo continuo e íntimamente relacionadas con otras cuyo contenido, según la visión occidental del mundo, no forma parte de la realidad objetiva. Cabe mencionar en este contexto los arquetipos junguianos: divinidades, demonios, semidioses, superhéroes y complejas secuencias mitológicas, chamánicas, legendarias y de cuentos de hadas. Incluso estas experiencias pueden aportar información precisa sobre el simbolismo religioso, el folklore y las estructuras míticas de diversas culturas anteriormente desconocidas para el sujeto.

Las experiencias transpersonales ocupan una posición muy especial en nuestro intento de construir un mapa fidedigno del territorio de la psique humana. El nivel analítico-recordatorio y el inconsciente individual son de una naturaleza claramente biográfica. La dinámica perinatal parece representar una intersección o frontera entre lo personal y lo transpersonal, como lo refleja su profunda asociación con el nacimiento y la muerte, principio y fin de la existencia humana individual. Los fenómenos transpersonales facilitados por la terapia holotrópica o los métodos chamánicos tradicionales revelan conexiones entre el individuo y el cosmos actualmente incomprensibles. Lo único que podemos decir es que, en algún lugar del proceso perinatal, parece tener lugar un extraño salto cualitativo al estilo del de una cinta de Móbius, en el que la autoexploración profunda del inconsciente individual se convierte en un proceso de aventuras experienciales en la amplitud del universo, cuyo calificativo más adecuado sería el de conciencia cósmica o mente superconsciente.

Importancia terapéutica del proceso muerte-renacimiento

La cartografía ampliada que acabamos de describir es de una importancia fundamental para todo enfoque serio de los fenómenos tales como los estados psicodélicos, el chamanismo, la religión, el misticismo, los ritos de paso, la mitología, la parapsicología, la tanatología y la psicosis. No se trata de una mera cuestión de interés intelectual, sino que sus consecuencias son profundas y revolucionarias para la comprensión de la psicopatología, y ofrecen nuevas posibilidades terapéuticas no imaginadas por la psiquiatría tradicional.

En general, la arquitectura de la psicopatología que se manifiesta en el trabajo diario es infinitamente más compleja e intrincada de lo que sugieren las teorías vigentes de la personalidad. Según estas nuevas observaciones, son pocos o ninguno los síndromes emocionales y psicosomáticos que puedan explicarse exclusivamente a partir de la dinámica del inconsciente individual. Están significativamente relacionados con el trauma del nacimiento y el miedo a la muerte, y su resolución exige una confrontación vívida con el proceso muerte-renacimiento. Por consiguiente, hemos llegado a la conclusión de que nuestro modelo teórico de la psique humana es compatible con los antiguos sistemas de creencias chamánicas, que también integran las experiencias de la muerte y el renacimiento.

El trabajo revela día a día que en la estructura dinámica de los síntomas psicogenéticos intervienen energías emocionales y físicas extremadamente poderosas. Por ello, todo intento de influir en ellas por medios puramente verbales, como en las psicoterapias tradicionales, es de un valor altamente cuestionable. Se necesita un contexto terapéutico que permita y facilite la experiencia directa, para obtener resultados apreciables en un espacio de tiempo razonable. Además, debido a los múltiples niveles de la naturaleza de los síntomas psicogenéticos, el marco conceptual del terapeuta debe incluir los niveles perinatal y transpersonal de la psique, a fin de que la terapia sea plenamente eficaz.

Mientras el proceso de la terapia se limite al nivel biográfico, los resultados terapéuticos serán generalmente bastante limitados, a no ser que el material a tratar pertenezca a gestalts inacabadas de traumas físicos graves. Tanto los resultados inmediatos como los producidos a largo plazo son mucho más dramáticos cuando la autoexploración se profundiza e incluye secuencias más profundas; sobradamente conocida de nuestros antepasados chamánicos, hasta estos momentos les ha pasado en gran parte inadvertida a los psicoterapeutas verbales occidentales. Sin embargo, nosotros hemos descubierto que las experiencias de naturaleza perinatal pueden influir profundamente en la claustrofobia y en otros tipos de estados de ansiedad o depresión, en las tendencias suicidas, el alcoholismo, la drogadicción, el asma, la jaqueca, las inclinaciones sadomasoquistas y muchos otros problemas, tanto si éstas se facilitan por medios holotrópicos, chamánicos u otros.

Pero en los casos en que las raíces del problema están ancladas en el dominio transpersonal, sólo se podrá alcanzar una solución definitiva cuando el paciente permita que tenga lugar una confrontación con el tipo específico de experiencia transpersonal con el que el problema esté relacionado. Puede tratarse de una experiencia intensa de una encarnación anterior, una identificación con una forma animal, una secuencia arquetípica o mitológica, un tema del inconsciente racial o colectivo, o muchas otras. La ausencia de prejuicios y confianza en el proceso son requisitos importantísimos -tanto por parte del terapeuta como por parte del paciente - para el éxito de la terapia.

Como se ha dicho anteriormente, las experiencias del trabajo profundo también corroboran la estrategia general terapéutica y de autoexploración sugerida originalmente por Carl Gustav Jung, quien reconoció que la psique está dotada de un poderoso potencial autocurativo y que la fuente de sus fuerzas autónomas de curación se halla en el inconsciente colectivo. Desde esta perspectiva, la labor del terapeuta no debe consistir, por consiguiente, en comprender racionalmente el problema del paciente, a fin de utilizar alguna técnica específica para cambiar la situación según un plan preconcebido, sino en mediar y facilitar el acceso del paciente a los niveles más profundos de la psique. Entonces, la curación se produce como consecuencia de una interrelación dialéctica entre el inconsciente individual y el colectivo. Aquí cabe establecer un paralelismo con la función tradicional del chamán, como mediador entre los reinos humano y espiritual.

Por tanto, una técnica psicoterapéutica basada en las observaciones de la investigación moderna sobre la conciencia, como la terapia holotrópica, se basa primordialmente en la experiencia directa como instrumento esencial de transformación. Los enfoques verbales se utilizan exclusivamente durante el período de preparación, y de nuevo en una sesión posterior, para facilitar la integración de la experiencia. El terapeuta crea un marco de apoyo, establece una buena relación de trabajo con el paciente y ofrece una técnica capaz de activar el inconsciente: respiración, música, tambores chamánicos, meditación o drogas psicodélicas.

En estas circunstancias se refuerzan los síntomas preexistentes y otros anteriormente latentes emergen a la conciencia. La función del terapeuta es entonces la de estimular y apoyar incondicionalmente las secuencias surgentes, con plena confianza en la autonomía y espontaneidad del proceso curativo. Los síntomas representan energía bloqueada y, en definitiva, experiencia condensada. En este contexto, un síntoma representa tanto una oportunidad como un problema.

Al liberar la energía, el síntoma se transforma en experiencia consciente y se consume. Es importante que el terapeuta apoye el despliegue elemental sin interferir ni intervenir en la naturaleza de la experiencia, tanto si es biográfica, perinatal, como transpersonal. El apoyo incondicional debe continuar, aunque el terapeuta no comprenda el proceso o tome una forma desconocida para él. En lugar de intentar interpretar todo el material emergente en términos de un sistema teórico cerrado, como en el psicoanálisis y otros enfoques parecidos, el terapeuta se convierte en un compañero de aventura, que puede aprender algo nuevo en cada sesión.