Tocando el deseo
El deseo se puede identificar al punto de sentir que está allí, frente a usted, gracias a una secuencia de ejercicios. Hágalos y descubrirá una nueva faceta la excitación sexual.
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¿Se imagina la sensación de “tocar” el deseo? Este sentimiento o impulso a veces incontrolable, otras esquivo o hasta ausente se puede identificar al punto de sentir que está allí, frente a usted, gracias a una secuencia de ejercicios.
Este método, destinado a demorar el placer sexual, es descrito por Master & Johnson como una terapia de “enfoque sensitivo”, que consiste en practicar el contacto sexual por fases.
Otros, simplemente, le llaman caricias tántricas, y explican que es un potente afrodisíaco y una forma de experimentar la excitación de una manera distinta o más conciente.
Son cinco fases y puede programar una “terapia” intensiva en un solo día o en varios. Dependiendo de las intenciones, es recomendable practicar cada fase varias veces. Usted decida.
En la primera etapa, la idea es proporcionarse caricias el uno al otro con movimientos circulares y lentos. Después siga con las caricias, pero recorriendo de arriba hacia abajo el cuerpo de su amante.
Acaríciese suavemente durante 15 minutos y descanse. Disfrute la sensación, saboréela y vuelva a repetir todo por 15 minutos más o lo que dure el proceso. Vuelva a descansar, pero esta vez por un período más prolongado, si por ejemplo inició el proceso en la mañana puede volver a hacerlo en la tarde nuevamente, repitiendo la secuencia durante otros 30 minutos.
En esta fase nada de acariciar los pechos ni los genitales.
La segunda fase se inicia en silencio, ambos acostados desnudos en postura “cucharita”, disfrute del cuerpo del otro, siéntalo, pero no llegue al coito. Si cree que no lo resistirá y las caricias son demasiado tentadoras, deténgase o voltéese y colóquense frente a frente.
La tercera fase puede ser al día siguiente, como quiera, pero deje pasar bastante tiempo entre una y otra. Concéntrese en acariciar los senos y genitales de su pareja con ligeros movimientos circulares, acercando primero las manos una hacia otra y separándolas después.
Llegamos a la cuarta fase y en ella moveremos las manos hacia arriba desde debajo de los genitales de nuestra pareja. Recorreremos toda la longitud del pene o la elevación de la vulva. Una hora haremos este masaje y descansaremos brevemente sólo por cinco minutos. Sólo eso y verá que el deseo es algo que se puede ir palpando en cada etapa.
Para terminar el circuito del deseo, la prueba máxima. Ambos desnudos en la cama, ella sobre él y el pene dentro de la vagina, pero sin movimiento alguno. Mantenga esta posición. Si por casualidad se produce erección con esta postura, pues es humano, deténgase hasta que la erección desaparezca.
No sé usted, pero esto necesita de concentración y dedicación. Pensar en la pareja, detenerse en la sensación del deseo siempre presente, pero dejarlo allí. No avanzar a su satisfacción. Olerlo, tocarlo, pero no alcanzarlo. Si puede, hágalo y descubrirá una nueva faceta la excitación sexual.
Wednesday, August 30, 2006
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