Tocando el deseo
El deseo se puede identificar al punto de sentir que está allí, frente a usted, gracias a una secuencia de ejercicios. Hágalos y descubrirá una nueva faceta la excitación sexual.
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¿Se imagina la sensación de “tocar” el deseo? Este sentimiento o impulso a veces incontrolable, otras esquivo o hasta ausente se puede identificar al punto de sentir que está allí, frente a usted, gracias a una secuencia de ejercicios.
Este método, destinado a demorar el placer sexual, es descrito por Master & Johnson como una terapia de “enfoque sensitivo”, que consiste en practicar el contacto sexual por fases.
Otros, simplemente, le llaman caricias tántricas, y explican que es un potente afrodisíaco y una forma de experimentar la excitación de una manera distinta o más conciente.
Son cinco fases y puede programar una “terapia” intensiva en un solo día o en varios. Dependiendo de las intenciones, es recomendable practicar cada fase varias veces. Usted decida.
En la primera etapa, la idea es proporcionarse caricias el uno al otro con movimientos circulares y lentos. Después siga con las caricias, pero recorriendo de arriba hacia abajo el cuerpo de su amante.
Acaríciese suavemente durante 15 minutos y descanse. Disfrute la sensación, saboréela y vuelva a repetir todo por 15 minutos más o lo que dure el proceso. Vuelva a descansar, pero esta vez por un período más prolongado, si por ejemplo inició el proceso en la mañana puede volver a hacerlo en la tarde nuevamente, repitiendo la secuencia durante otros 30 minutos.
En esta fase nada de acariciar los pechos ni los genitales.
La segunda fase se inicia en silencio, ambos acostados desnudos en postura “cucharita”, disfrute del cuerpo del otro, siéntalo, pero no llegue al coito. Si cree que no lo resistirá y las caricias son demasiado tentadoras, deténgase o voltéese y colóquense frente a frente.
La tercera fase puede ser al día siguiente, como quiera, pero deje pasar bastante tiempo entre una y otra. Concéntrese en acariciar los senos y genitales de su pareja con ligeros movimientos circulares, acercando primero las manos una hacia otra y separándolas después.
Llegamos a la cuarta fase y en ella moveremos las manos hacia arriba desde debajo de los genitales de nuestra pareja. Recorreremos toda la longitud del pene o la elevación de la vulva. Una hora haremos este masaje y descansaremos brevemente sólo por cinco minutos. Sólo eso y verá que el deseo es algo que se puede ir palpando en cada etapa.
Para terminar el circuito del deseo, la prueba máxima. Ambos desnudos en la cama, ella sobre él y el pene dentro de la vagina, pero sin movimiento alguno. Mantenga esta posición. Si por casualidad se produce erección con esta postura, pues es humano, deténgase hasta que la erección desaparezca.
No sé usted, pero esto necesita de concentración y dedicación. Pensar en la pareja, detenerse en la sensación del deseo siempre presente, pero dejarlo allí. No avanzar a su satisfacción. Olerlo, tocarlo, pero no alcanzarlo. Si puede, hágalo y descubrirá una nueva faceta la excitación sexual.
Wednesday, August 30, 2006
Monday, August 21, 2006
ESPECTACULOS DE HIPNOSISEl hipnotizador de teatro es alguien que trabaja con una “verdad a medias”, que suelen ser las peores de las mentiras. Hace hipnosis, pero no siempre. Según qué días, no hace nada de hipnosis. En la España pretelevisiva hemos tenido a dos de los más geniales “hipnotizadores” de teatro de todos los tiempos: el Profesor Alba, y Fassman, quienes, en las décadas de los 40 y 50, rivalizaban en protagonizar espectáculos de “hipnosis” en los escenarios de teatros. Otros, menos famosos, actuaban en las “varietés” de fin de sesión cinematográfica (entonces en boga) o en circos y fiestas mayores. Fassman, en su madurez, renegó de su pasado como hipnotizador teatral y creó un centro de estudios donde enseñaba técnicas de hipnosis, meditación y relajación, las cuales salpicaba con exquisitas demostraciones de magia mental, que él atribuía a sus dotes paranormales. Nada a objetar (cada uno se gana la vida como puede, y nadie cobra más que lo que la gente quiere pagarle.) Únicamente reivindico mi derecho a decir que lo que hacía Fassman (y muy bien) era la hipnosis de teatro, que ahora explicaremos. Hacia 1978 llegó al “Círculo Español de Artes Mágicas” (una de las sociedades más importantes de magos prestidigitadores del momento, y, en ese momento, quien escribe estas líneas era su vicepresidente) llegó al CEDAM, digo, una carta de Fassman pidiendo que excluyésemos su nombre de los archivos de la entidad, de forma que no quedase constancia de su actividad como “prestidigitador” especialista en magia mental. La petición no fue atendida, por considerar los gestores del Círculo que era poco pertinente.Veamos el trabajo del hipnotizador teatral. Como inicio de sus demostraciones, pide voluntarios entre el público. Normalmente se presentan dos o tres, de forma rápida, que son los compadres (a sueldo del hipnotizador). Con ellos realiza efectos vistosos: “sueño inmediato”, obediencia absoluta, catalepsias... y caldea el ambiente.Cuando, tras nuevas peticiones, suben al escenario 10 o 12 personas, el hipnotizador se aprovecha del “miedo escénico” de los que no son compadres. Despacha rápidamente a los que no advierte nerviosos o sugestionables, y se queda con las personas que entiende más simples y colaboradoras. Pueden ser personas inteligentes, pero bondadosas por naturaleza y poco dispuestas a crearle complicaciones al artista. De todas formas, si alguno inicia reticencias a media función, será ridiculizado y vejado... y mandado a su sitio en la platea.Jean Louis Chardans, en su genial obra Diccionario Ilustrado de Trucos (Editorial Gustavo Gili, Barcelona, 1970) divide los “clientes” del hipnotizador teatral en: compadres (pagados), simpatizantes (gentes bondadosas), tímidos (hacen lo que se les dice) e imitadores (hacen lo que los demás por miedo a quedar mal). El hipnotizador juega con el miedo y la simpatía. Sus sujetos responden a dos conceptos bien definidos: quienes soportan la experiencia, y quienes actúan en la experiencia. Se busca crear en los sujetos tres grados de inconsciencia más o menos total o voluntaria: “sueño” provocado, obediencia de órdenes e irresponsabilidad total.Los compadres son quienes llevan la peor parte: atravesados con agujas, o desnudándose ante el público (a pesar de las “exhortaciones” de sus “familiares”). Pero también es posible que algunos “nerviosos” inocentes hagan las mil y una, dejando sorprendido incluso al hipnotizador.Si alguno de los sujetos no se presta al juego, el hipnotizador teatral suele imprecarle con frases del estilo de “Solamente hay dos casos en que yo fracaso: con retrasados mentales o con alcohólicos”. El público se ríe, y la persona molesta se marcha en el 90 por ciento de los casos.¿Cómo trabaja el hipnotizador de televisión?Más fácil todavía. Se llena un plató con mil personas ansiosas de salir en televisión. El mago anuncia que solicita diez voluntarios, los cuales, después de colaborar, serán invitados a una merienda opípara y visitarán los estudios de la TV de turno. Se abalanzan los candidatos. Se eligen los 10 más “bondadosos”, y, por si acaso, algún que otro compadre. Se les hacen pruebas de “hipnotizabilidad”. Cuando alguno fracasa (o sea, no hace lo que el mago le dice) se le echa sin contemplaciones y se anuncia por la megafonía que queda excluido de la merendola. Se piden nuevos voluntarios para sustituir a los caídos en desgracia. Se llega a tener los diez o doce más dóciles y mansos. Se actúa. Si alguno falla, se dice “¡Corten!” y se le manda a su sitio (o se le expulsa del plató). Al final se montan las escenas más adecuadas, y el programa se emite con insólitas demostraciones del hipnotizador, que, milagro, jamás tiene un fallo cuando la emisión definitiva llega a las pantallas.
HIPNOSIS - HYNOSIS : INTRODUCCION
Introducción.
Hablar de hipnosis es hablar de un hecho que nos sigue causando asombro e inquietud, pese a que probablemente sea tan antigua como el hombre. Significa enfrentarse a la frontera entre lo conocido y lo desconocido, lo superficial y lo íntimo de la mente humana; de ahí que siempre haya provocado tanta controversia. Polarizada entre el espectáculo o la magia de supuestos poderes prodigiosos y el mundo académicocientífico que ha reconocido su indiscutible valor clínico, la hipnosis ha sufrido a lo largo de su historia numerosos eclipses, épocas en que su prestigio creció o cayó en el peor de los descréditos. El hecho es que nunca ha dejado de causarnos perplejidad y hoy incita de nuevo el interés de todos.
Hipnosis y Parapsicología
No es de extrañar que esta técnica despertara tanto apasionamiento o desprecio desde sus primeras investigaciones. Serían los seguidores de Mesmer y posteriormente otros investigadores quienes irían desentrañando parte los los misterios de la hipnosis y por tanto, del psiquismo humano. Así por ejemplo un paciente del Marqués de Puységur, llamado Víctor Rase, que era campesino de humilde condición y prácticamente analfabeto, al caer en los trances magnéticos , hablaba con una facilidad que nunca antes había tenido, manifestando conocimientos sobre anatomía y medicina, incluso llegando a diagnosticar con total precisión males y enfermedades y a prescribir remedios para sí mismo u otros que finalmente eran efectivos. Tales hechos se han ido repitiendo en diferentes épocas y sujetos a lo largo de la historia.
¿Qué es la Hipnosis?
Esencialmente podemos definir el estado hipnótico como un estado alterado de conciencia y a la hipnosis como la técnica que nos conduce al mismo. Para alcanzarlo, debemos tener una atención intensa y focalizada en algo, por tanto, el hipnotizado se aísla poco a poco de los estímulos exteriores y alcanza cierto bloqueo sensorial.
En resumen, la hipnosis es un estado neurofisiológico que en gran medida se produce por la famosa ley: “a mayor excitación, mayor inhibición”. Esto podemos verlo en una situación de intenso estrés o pánico... el estímulo o la percepción que nos produce la situación estresante es tan intensa, que se bloquean nuestras reacciones emocionales, motoras (movimientos), mentales, etc. Por ejemplo, un estudiante que ante un examen se lo sabe todo perfectamente, pero se pone tan nervioso que a la hora de escribir no recuerda nada o sólo parcialmente. La diferencia es que en hipnosis hacemos una dosificación programada y progresiva del estímulo para producir una inhibicióncontrolada y con los efectos que tenemos previstos. Llegados a este punto debemos distinguir también entre la diferencia entre hipnotizador e hipnólogo . La primera denominación podemos dársela a cualquier persona que consigue inducir a otra a la hipnosis. En el segundo caso, hipnólogo es un profesional con una formación suficiente realiza un uso clínico de la hipnosis con unos conocimientos teóricos y prácticos suficientes en materia de hipnosis clínica.
El mecanismo fisiológico de la hipnosis.
Sugestiones constantes y repetitivas como: vas relajándote y soltando tus músculos... cada vez estás sintiendo un sopor más profundo... más profundo... por ejemplo, producen un bloqueo progresivo del cortex cerebral, que ralentiza su actividad. Simultáneamente se activa más intensamente el sub-cortex o áreas del cerebro medio y profundo, (conocido también como cerebro arcaico) que intervienen fundamentalmente en todos los procesos subconscientes de la actividad psíquica.
Sugestión y Sugestionabilidad.
El Dr. James Braid acuño el termino hipnosis después de darse cuenta de que no hacían falta pases magnéticos ni fluidos misteriosos para llegar a este estado; dado que era parecido al sueño fisiológico, le llamo con tal denominación ( hipnos en griego significa sueño). Tanto él como otros descubrieron que una de las características de este estado era la sugestionabilidad, es decir, la voluntad y capacidad de discernimiento del sujeto quedaban sensiblemente reducidas y las órdenes y sugestiones (sugerencias) que venían dadas por parte del hipnólogo eran aceptadas. Ello dio lugar por ejemplo a operaciones de cirugía mayor sin ningún tipo de anestesia química, en las que al sujeto se le decía que no sentiría ningún dolor, cosa que sucedía.
En realidad es el propio individuo quien se hipnotiza, por tanto podríamos afirmar que sólo existe la auto-hipnosis. El hipnólogo lo único que hace es ir marcando los pasos o pautas para que su paciente vaya entrando progresivamente en el trance. Otra de las ideas mal entendidas de la hipnosis es que dicho estado no podemos enterarnos de lo que sucede (pérdida de conciencia), que se pierde el control sobre el propio comportamiento o que al despertar no recordaremos nada; esto es falso y sólo en determinadas ocasiones se da. Por tanto cualquier persona en un estado de atención aguda puede llegar a la hipnosis, ser consciente y recordar después todo lo que ha sucedido.
Cómo se llega al estado hipnóticoSon muchas y muy numerosas las técnicas empleadas y sólo mencionaremos algunas sucintamente. Sin embargo es importante reseñas las características comunes a cualquiera de ellas. Para conseguir una hipnosis deben darse un requisito esencial:
- El sujeto debe estar concentrado; dicha atención puede situarse sobre un estímulo exterior (un foco de luz, un punto visual concreto, un péndulo, una imagen, el sonido repetitivo de un metrónomo, música, etc.) o bien sobre una sensación interior (una recreación mental agradable, el ritmo respiratorio, una cuenta numérica hacia atrás, estado de rigidez de alguna de todo el cuerpo o alguna de sus partes, etc.). El caso es que estemos concentrados en una sola idea o estímulo, sea éste externo o interno.
- En el caso de hipnosis instantánea podemos captar repentinamente la atención del sujeto dándole un pequeño “susto” por ejemplo golpeándole ligeramente con la yema de los dedos sobre su frente y exclamando enérgicamente: ¡duerme!; si es suficientemente sugestionable, entrará en trance hipnótico.
- Una vez conseguido el primer paso, debemos profundizar en la hipnosis. Para ello lo haremos por medio de la sugestión oral con ideas como: “ cada vez estará más a gusto, se siente más dormido, va profundizando más y más en este estado, cada vez mas, cada vez más...”
Algunos de los métodos más conocidos.Existen muchos métodos de inducción. Incluso podemos inventarnos variantes adecuadas o adaptadas al sujeto que se ha de someter al trance, tal y como hacia en muchas ocasiones el Dr. Milton Erickson, que usaba en muchos de sus “diálogos hipnóticos” metáforas, situaciones imaginarias, historias y cuentos, etc. Exponemos aquí algunos muy usados.
Método de inducción oral.Quizás sea largo, pero es bastante seguro a la hora de obtener resultados. El sujeto puede estar sentado o tumbado. En todo caso en una posición cómoda. Preferiblemente con los ojos cerrados le iremos induciendo con nuestra voz relajando parte a parte del cuerpo, empezando por los pies y acabando por la cabeza o viceversa. Al terminar esta relajación progresiva vamos introduciendo sugestiones de pasividad y sueño: Ahora te encuentras tan a gusto que dormirás... sientes como un ensueño agradable te va envolviendo...”
Métodos de fijación de la mirada.Son todos aquellos en que indicamos a un sujeto que se fije en cualquier cosa exterior, bien fija, bien movimiento. Puede tratarse de un foco de luz, un péndulo oscilante, un disco hipnoidal. Antes o después –incluso sin sugestiones por parte del hipnólogo- se irá produciendo un cansancio ocular que nos irá adormeciendo. Si introducimos sugestiones serán de este tipo: “ Conforme miras este objeto, tus ojos van sintiendo un ligero cansancio que cada vez se hace más intenso. Poco a poco los párpados su vuelven más pesados y es como si quisieras cerrar los ojos porque quieres dormir o descansar...”
Método de la catalepsiaPedimos al sujeto que una con fuerza sus piernas y que apriete los brazos estirados hacia el cuerpo, que ponga rígidos todos los músculos de su cuerpo, que apriete el abdomen y en definitiva, que se imagine que una especie de tabla o estatua de bronce. Acto seguido la imprimiremos un ligero balanceo para que note su rigidez. Una vez conseguida la rigidez total, podemos con ayuda de otras personas, tumbarle en el suelo, en un diván o camilla. Inmediatamente le indicaremos que se encuentra muy concentrado y que dormirá o entrará en un estado profundo y especial a nuestra indicación. Podemos dar un pequeño chasquido con los dedos o tocarle ligeramente la frente con los dedos al mismo tiempo que decimos: ¡duerme! o ¡Ya está... estas en un estado profundo y especial! A partir de ahí, usamos sugestiones para profundizar.
Método de la rigidez del brazo.La persona está sentada... le estiramos el brazo y lo colocamos a la altura del hombro.Le sugerimos que se encuentra bien y que su brazo cada vez está más rígido. Le hacemos sentir con ligeras presiones sobre la mano dicha rigidez para que se retroalimente en la sugestión... una vez conseguido le indicamos que el brazo comenzará a pesar, que se ha transformado en plomo...” el brazo en tan pesado que se peso se hace insostenible e irá cayendo. Conforme el brazo va bajando, notarás como un sueño agradable e intenso te va invadiendo... cuando el brazo se desplome por completo, dormirás!. Si la sugestión surte efecto, el sujeto irá bajando el brazo hasta soltarlo por completo; en este momento daremos la orden ¡duerme!.
Método de la expectaciónEspecialmente cuando se hace hipnosis de espectáculo, este método es útil.Supongamos un aforo donde se espera al hipnotizador con expectación... por tanto ya existe un ambiente lo suficientemente sugestivo para inducir con facilidad a cualquier asistente. El hipnotizador deberá hablar con cierto misterio y persuasión. Al acercarse a cualquier espectador que ponga reparos a su proximidad ante el temor de ser hipnotizado, a un solo toque u orden del inductor, entrará con facilidad en hipnosis.
Método del “engaño”Especialmente para usarlo con sujetos difíciles. Pondremos a una persona ante nosotros indicándole que le vamos a hipnotizar (le habremos comentado previamente que en realidad no será a ella a quien induciremos, sino que simplemente debe fingir que está durmiendo); a su lado pondremos a otra –a la que realmente queremos inducir- y le explicaremos que su misión es observar con todo el detalle y atención que pueda cómo se duerme la otra persona. Preferiblemente podremos a uno frente a otro y el inductor se sitúa en medio. Bien... llegado este punto a nuestro compinche le pasaremos un péndulo oscilando por delante de los ojos, por ejemplo y el comenzará a fingir su adormecimiento. Deberemos estar atentos a nuestra verdadera víctima, pues cuando su atención sea intensa, soltaremos de una el péndulo y de inmediato sin darle tiempo a reaccionar, situaremos nuestra mano delante de su frente o sus ojos cerrándoselos y diciéndole enérgicamente: ¡duerme!Una puntualización a tener en cuenta es que muchas personas son reacias ante términos como “hipnosis” “hipnotismo” o “sueño” por el temor que estos suscitan de pérdida de la propia conciencia. En ese caso podemos sustituirlos por parlabas o expresiones como “estado especial” “trance” “ensueño” “sopor” etc.
Resumen de las utilidades de la Hipnosis
En general, tanto la hipnosis como el resto de técnicas psico-físicas pueden emplearse en cualquier campo de la actividad humana con mayor o menos intensidad. Pero exponemos aquí los campos en los que más incidencia tienen.
Medicina
- Producir insensibilidad al dolor (anestesia)
- Eliminar o atenuar todo tipo de dolores o molestias
- Mejorar la efectividad del sistema inmunitario.
- Mejorar cualquier enfermedad en general.
- Especial uso en dermatología, donde se eliminan con facilidad eczemas, verrugas o erupciones cutáneas.
Psicología
- Tratamiento de todos los trastornos mentales.
- Timidez, eneuresis, fobias (agorafobia, clautrofobia, miedo a los animales, etc), adicciones (tabaquismo, ludopatías, alcoholismo...)
- Indecisión, falta de concentración, estrés, depresión, angustia, tartamudez...
- Mejorar las relaciones sociales...
Educación y enseñanza
- Mejorar el rendimiento escolar
- Mejorar la memoria y acrecentar la asimilación al estudiar
- Estimular las capacidades creativas.
- Incrementar la capacidad de comprensión y asimilación.
- Motivar para el estudio, incluso de aquellas asignaturas que se “resisten”
-Economía, empresa, ventas
- Mejorar los dones de convicción
- Estimular la capacidad para crear estrategias.
- Adquirir conocimientos para convencer más y mejor a los clientes.
- Trabajar en equipo con eficacia.
Política y comunicación social.
- Comunicación de masas
- Sugestión colectiva.
- Técnicas de comunicación social
Deporte
- Incrementar la resistencia
- Desarrollar los reflejos y la rapidez
- Aumentar la concentración durante competiciones o ejercicios.
- Desarrollar la capacidad física total del cuerpo.
- Coordinar óptimamente la relación pensamiento-movimiento.
- Aumentar la fuerza física.
- Aumentar la motivación.
Las 10 preguntas más frecuentes acerca de la hipnosis:
¿Todo el mundo puede ser hipnotizado?Si entendemos la hipnosis como un estado focalizado de atención, donde no necesariamente tiene que darse la pérdida de conciencia o la falta de memoria sobre lo que ha sucedido en la sesión, la respuesta rotunda es SI. Pero si entendemos esta pregunta como si todo el mundo puede alcanzar el trance profundo (sonambúlico) –entendido en términos de hipnosis clásica- con una sugestionabilidad prácticamente total y con pérdida de conciencia, la respuesta sería NO. Conseguir un trance ligero o medio es relativamente fácil. Llegar a un trance profundo es más complejo; aproximadamente un 80% de sujetos puede llegar sin mucha dificultad a un estadio profundo. Al 20 % restante les sería difícil por diversas variables complicadas de saber o controlar (temor a perder la propia conciencia, prejuicios o creencias, falta de confianza en el inductor, etc.) Pese a este hecho, si usamos la hipnosis a nivel clínico o médico, en la mayoría de las ocasiones es suficiente con un trance medio para obtener resultados
¿Quién puede hipnotizar?La hipnosis es esencialmente una técnica. Por tanto todo aquel que la conozca lo suficiente y aprenda a aplicarla, puede hipnotizar. Otra cosa es que el inductor sepa después enfrentarse y resolver las diferentes situaciones que se le presenten durante la sesión. Si el hipnotizador no cuenta con conocimientos teorico-prácticos concretos y suficientes (incluso aunque se trate de médicos o psicólogos), podría ocasionar graves daños al hipnotizado. Más aún si el inductor persigue fines poco lícitos e intenta vulnerar la integridad física, psíquica o moral del inducido, lo cual ha sucedido numerosas veces, manipulando al hipnotizado. En algunos países la hipnosis clínica sólo está permitida a médicos y psicólogos previamente autorizados y preparados. En España existen centros de formación no académicos, aunque cada vez más en el ámbito universitario se están impartiendo cursos de postgrado o especialización.
¿Se puede quedar alguien eternamente dormido?Es completamente imposible que suceda. Tanto si practicamos la auto-hipnosis (sobre nosotros mismos), como la hetero-hipnosis, es decir, sobre otra persona, siempre acabaremos saliendo del estado hipnótico. Si por cualquier causa el hipnotizador desapareciera, el sujeto inducido pasaría progresivamente del trance hipnótico al sueño natural e iría despertando y despejándose progresivamente. Sucede en ocasiones que la persona está en una situación tan plácida que se resiste a despertarse. En ese caso podemos realizarle una contra-sugestión como : “si quieres permanecer o regresar en un futuro a este estado, debes despertar ahora ” –y normalmente abandonará la hipnosis. O simplemente le dejamos reposar hasta que despierte al cabo de un tiempo que suele ser corto.
¿Tiene la hipnosis contra-indicaciones?La hipnosis y todos los estados y técnicas similares producen un gran beneficio al organismo, ya que ayuda a eliminar tensiones físicas o emocionales, reduce ligeramente la tensión arterial, regula el ritmo cardíaco y respiratorio, equilibra los hemisferios cerebrales y si hablásemos en términos energéticos, reequilibra la bio-energía del cuerpo.Por tanto si somos personas normalmente sanas, no correremos ningún peligro. Sin embargo existen dos contra indicaciones absolutas: en general no debe practicarse hipnosis a personas con esquizofrenia o graves enfermedades mentales ¿por qué? Porque podríamos agravarles sus síntomas a parte de que serían difícilmente inducibles. El segundo caso se trata de personas con epilepsia o que hayan tenido crisis de este tipo recientes: durante la hipnosis les podría sobrevenir una de estas crisis, por lo que la prudencia aconseja no someterlas.
¿Tiene el hipnotizador algún poder especial?Rotundamente NO. Cuando se emplea la hipnosis como espectáculo, el hipnotizador se suele presentar con una aureola de poderes mentales excepcionales; esto forma parte del ambiente sugestivo que el inductor empleará para conseguir sus efectos espectaculares.Todo depende de lo sugestionables e impresionables que seamos. Realmente si una persona no lo desea, es muy difícil que se le induzca, a no ser que exista un miedo o un convencimiento tan extremo de que el hipnotizador tiene tal poder (ficticio) que nuestra propia creencia o convencimiento nos hará caer en hipnosis incluso a veces de forma instantánea a la más mínima sugerencia o toque del inductor. Para hipnotizar no se necesitan dotes especiales, aunque sí un mínimo de aptitudes. Por ejemplo una persona tímida, dudosa e insegura de sí misma sería un mal hipnólogo o hipnotizador.
¿Se puede inducir a alguien a realizar lo que no desea?Aunque diversos autores niegan esta posibilidad, nuestra práctica sólo con fines experimentales nos demuestra que SI. Todo depende de muchas y distintas variables, pero si el sujeto inducido tiene un grado suficiente de profundidad hipnótica, puede en todo o en parte, aceptar sin posibilidad de negarse las sugestiones que le imponga el hipnotizador. Se han dado numerosos casos de violaciones y de manipulación mental bajo estados de hipnosis –esto no es nada nuevo- Por ello no debemos dejarnos hipnotizar por personas que no tengan nuestra confianza.
¿Nos podemos hipnotizar a nosotros mismos?Por supuesto. La auto-hipnosis es una de las vertientes más interesantes de esta técnica.Para ello podemos utilizar –por ejemplo- un cassette, donde nos grabaremos una inducción para relajarnos progresivamente, incluyendo sugestiones como: “ cada vez estoy más tranquilo, mis músculos se van soltando, poco a poco voy sintiendo un ensueño agradable y profundo...” Al final, añadiremos las sugestiones que deseemos implantarnos para diversos fines, como estudiar más y mejor, dejar el tabaco, estar más tranquilos, etc.
¿Nos pueden hipnotizar sin que nos demos cuenta?La hipnosis está más presente en nuestras vidas de lo que nos imaginamos. De hecho si ésta sólo es un estado de atención más o menos aguda y focalizada, todos los días sufrimos en mayor o menor medida una o varias “hipnosis”. La publicidad – especialmente en la TV pretende hipnotizarnos (sugestionarnos) para que compremos un producto... los políticos usan técnicas de comunicación e imagen muy elaboradas para captar nuestra atención, incluso donde es más importante la impresión final que el discurso en sí. Pero volviendo a la hipnosis clásica, existen técnicas subliminales para inducir a un sujeto a estados hipnóticos e inducirle -sin necesidad de que exista pérdida de conciencia- a determinado comportamiento o actitud.A parte de esto existen algunos casos excepcionales como el del polaco Wolf Messing. Stalin la irrupción de la II Guerra mundial detuvier el trabajo de los “psicotrónicos” (parapsicólogos) soviéticos. El propio dictador le propuso en 1.940 que realizara una demostración: debía atracar un banco con las únicas armas de su potencia psíquica. En un céntrico banco de Moscú, Messing entregó una hoja en blanco al empleado, quien en pocos segundos le entregó sin dilación 100.000 rublos.
¿Existe la hipnosis instantánea?Si. Por ejemplo en los espectáculos hipnóticos, cuando el inductor se percata de que alguien entre su público es muy sugestionable e incluso muestra cierto miedo al acercársele, el propio temor y el hecho de que se vea al hipnotizador revestido de un poder especial, hará que a la más mínima insinuación de éste, el espectador caiga inmediatamente en hipnosis (normalmente se tratará de un trance ligero o medio y habrá que profundizar). El otro caso sería cuando una vez conseguida una inducción, al sujeto se le deja implantada una orden post-hipnótica como por ejemplo: “ cuando despiertes y en las próximas ocasiones en que yo te lo indique, caerás inmediatamente en este mismo estado” Dicha orden –si el estado conseguido es suficientemente profundo- queda implantada en la mente profunda del sujeto y puede perdurar incluso por tiempo indefinido.
¿Se puede hipnotizar a distancia?Esta es una de los campos de investigación más apasionantes de la materia. Es inquietante comprobar que en muchas ocasiones bajo hipnosis la actividad mental, su ámbito y alcance de conocimiento superaran espacio y tiempo. Nuestro sistema nervioso es una auténtica red por donde circula electricidad de bajo voltaje; donde hay electricidad, se puede dar electro-magnetismo, por lo cual el entramado sistema de neuronas extendidas a lo largo de nuestra anatomía se convierte en un virtual emisor-receptor de frecuencias que pueden llevar incorporada determinada información. La aplicación práctica que se deriva de lo que acabamos de decir, es uno de los secretos mejor guardados por los Gobiernos que lo han investigado. En 1997 saltaba a la luz que la extinta Unión Soviética había empleado durante los 70 y 80 espías controlados a distancia y programados mediante hipnosis. Nuestro internacionalmente conocido neurofisiólogo D. José Manuel Rodríguez
Delgado declara: “ a través de las técnicas empleadas por los soviéticos contra la
Embajada de EE.UU. podían leer a distancia las letras de la máquina de escribir de la secretaria”
Autor: Juan de Dios Maldonado SánchezWeb oficial del curso: http://www.cursodehipnosis.comEsta obra se encuentra bajo la licencia de creative commons:http://creativecommons.org/licenses/by-nc-sa/2.5/es/
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Introducción.
Hablar de hipnosis es hablar de un hecho que nos sigue causando asombro e inquietud, pese a que probablemente sea tan antigua como el hombre. Significa enfrentarse a la frontera entre lo conocido y lo desconocido, lo superficial y lo íntimo de la mente humana; de ahí que siempre haya provocado tanta controversia. Polarizada entre el espectáculo o la magia de supuestos poderes prodigiosos y el mundo académicocientífico que ha reconocido su indiscutible valor clínico, la hipnosis ha sufrido a lo largo de su historia numerosos eclipses, épocas en que su prestigio creció o cayó en el peor de los descréditos. El hecho es que nunca ha dejado de causarnos perplejidad y hoy incita de nuevo el interés de todos.
Hipnosis y Parapsicología
No es de extrañar que esta técnica despertara tanto apasionamiento o desprecio desde sus primeras investigaciones. Serían los seguidores de Mesmer y posteriormente otros investigadores quienes irían desentrañando parte los los misterios de la hipnosis y por tanto, del psiquismo humano. Así por ejemplo un paciente del Marqués de Puységur, llamado Víctor Rase, que era campesino de humilde condición y prácticamente analfabeto, al caer en los trances magnéticos , hablaba con una facilidad que nunca antes había tenido, manifestando conocimientos sobre anatomía y medicina, incluso llegando a diagnosticar con total precisión males y enfermedades y a prescribir remedios para sí mismo u otros que finalmente eran efectivos. Tales hechos se han ido repitiendo en diferentes épocas y sujetos a lo largo de la historia.
¿Qué es la Hipnosis?
Esencialmente podemos definir el estado hipnótico como un estado alterado de conciencia y a la hipnosis como la técnica que nos conduce al mismo. Para alcanzarlo, debemos tener una atención intensa y focalizada en algo, por tanto, el hipnotizado se aísla poco a poco de los estímulos exteriores y alcanza cierto bloqueo sensorial.
En resumen, la hipnosis es un estado neurofisiológico que en gran medida se produce por la famosa ley: “a mayor excitación, mayor inhibición”. Esto podemos verlo en una situación de intenso estrés o pánico... el estímulo o la percepción que nos produce la situación estresante es tan intensa, que se bloquean nuestras reacciones emocionales, motoras (movimientos), mentales, etc. Por ejemplo, un estudiante que ante un examen se lo sabe todo perfectamente, pero se pone tan nervioso que a la hora de escribir no recuerda nada o sólo parcialmente. La diferencia es que en hipnosis hacemos una dosificación programada y progresiva del estímulo para producir una inhibicióncontrolada y con los efectos que tenemos previstos. Llegados a este punto debemos distinguir también entre la diferencia entre hipnotizador e hipnólogo . La primera denominación podemos dársela a cualquier persona que consigue inducir a otra a la hipnosis. En el segundo caso, hipnólogo es un profesional con una formación suficiente realiza un uso clínico de la hipnosis con unos conocimientos teóricos y prácticos suficientes en materia de hipnosis clínica.
El mecanismo fisiológico de la hipnosis.
Sugestiones constantes y repetitivas como: vas relajándote y soltando tus músculos... cada vez estás sintiendo un sopor más profundo... más profundo... por ejemplo, producen un bloqueo progresivo del cortex cerebral, que ralentiza su actividad. Simultáneamente se activa más intensamente el sub-cortex o áreas del cerebro medio y profundo, (conocido también como cerebro arcaico) que intervienen fundamentalmente en todos los procesos subconscientes de la actividad psíquica.
Sugestión y Sugestionabilidad.
El Dr. James Braid acuño el termino hipnosis después de darse cuenta de que no hacían falta pases magnéticos ni fluidos misteriosos para llegar a este estado; dado que era parecido al sueño fisiológico, le llamo con tal denominación ( hipnos en griego significa sueño). Tanto él como otros descubrieron que una de las características de este estado era la sugestionabilidad, es decir, la voluntad y capacidad de discernimiento del sujeto quedaban sensiblemente reducidas y las órdenes y sugestiones (sugerencias) que venían dadas por parte del hipnólogo eran aceptadas. Ello dio lugar por ejemplo a operaciones de cirugía mayor sin ningún tipo de anestesia química, en las que al sujeto se le decía que no sentiría ningún dolor, cosa que sucedía.
En realidad es el propio individuo quien se hipnotiza, por tanto podríamos afirmar que sólo existe la auto-hipnosis. El hipnólogo lo único que hace es ir marcando los pasos o pautas para que su paciente vaya entrando progresivamente en el trance. Otra de las ideas mal entendidas de la hipnosis es que dicho estado no podemos enterarnos de lo que sucede (pérdida de conciencia), que se pierde el control sobre el propio comportamiento o que al despertar no recordaremos nada; esto es falso y sólo en determinadas ocasiones se da. Por tanto cualquier persona en un estado de atención aguda puede llegar a la hipnosis, ser consciente y recordar después todo lo que ha sucedido.
Cómo se llega al estado hipnóticoSon muchas y muy numerosas las técnicas empleadas y sólo mencionaremos algunas sucintamente. Sin embargo es importante reseñas las características comunes a cualquiera de ellas. Para conseguir una hipnosis deben darse un requisito esencial:
- El sujeto debe estar concentrado; dicha atención puede situarse sobre un estímulo exterior (un foco de luz, un punto visual concreto, un péndulo, una imagen, el sonido repetitivo de un metrónomo, música, etc.) o bien sobre una sensación interior (una recreación mental agradable, el ritmo respiratorio, una cuenta numérica hacia atrás, estado de rigidez de alguna de todo el cuerpo o alguna de sus partes, etc.). El caso es que estemos concentrados en una sola idea o estímulo, sea éste externo o interno.
- En el caso de hipnosis instantánea podemos captar repentinamente la atención del sujeto dándole un pequeño “susto” por ejemplo golpeándole ligeramente con la yema de los dedos sobre su frente y exclamando enérgicamente: ¡duerme!; si es suficientemente sugestionable, entrará en trance hipnótico.
- Una vez conseguido el primer paso, debemos profundizar en la hipnosis. Para ello lo haremos por medio de la sugestión oral con ideas como: “ cada vez estará más a gusto, se siente más dormido, va profundizando más y más en este estado, cada vez mas, cada vez más...”
Algunos de los métodos más conocidos.Existen muchos métodos de inducción. Incluso podemos inventarnos variantes adecuadas o adaptadas al sujeto que se ha de someter al trance, tal y como hacia en muchas ocasiones el Dr. Milton Erickson, que usaba en muchos de sus “diálogos hipnóticos” metáforas, situaciones imaginarias, historias y cuentos, etc. Exponemos aquí algunos muy usados.
Método de inducción oral.Quizás sea largo, pero es bastante seguro a la hora de obtener resultados. El sujeto puede estar sentado o tumbado. En todo caso en una posición cómoda. Preferiblemente con los ojos cerrados le iremos induciendo con nuestra voz relajando parte a parte del cuerpo, empezando por los pies y acabando por la cabeza o viceversa. Al terminar esta relajación progresiva vamos introduciendo sugestiones de pasividad y sueño: Ahora te encuentras tan a gusto que dormirás... sientes como un ensueño agradable te va envolviendo...”
Métodos de fijación de la mirada.Son todos aquellos en que indicamos a un sujeto que se fije en cualquier cosa exterior, bien fija, bien movimiento. Puede tratarse de un foco de luz, un péndulo oscilante, un disco hipnoidal. Antes o después –incluso sin sugestiones por parte del hipnólogo- se irá produciendo un cansancio ocular que nos irá adormeciendo. Si introducimos sugestiones serán de este tipo: “ Conforme miras este objeto, tus ojos van sintiendo un ligero cansancio que cada vez se hace más intenso. Poco a poco los párpados su vuelven más pesados y es como si quisieras cerrar los ojos porque quieres dormir o descansar...”
Método de la catalepsiaPedimos al sujeto que una con fuerza sus piernas y que apriete los brazos estirados hacia el cuerpo, que ponga rígidos todos los músculos de su cuerpo, que apriete el abdomen y en definitiva, que se imagine que una especie de tabla o estatua de bronce. Acto seguido la imprimiremos un ligero balanceo para que note su rigidez. Una vez conseguida la rigidez total, podemos con ayuda de otras personas, tumbarle en el suelo, en un diván o camilla. Inmediatamente le indicaremos que se encuentra muy concentrado y que dormirá o entrará en un estado profundo y especial a nuestra indicación. Podemos dar un pequeño chasquido con los dedos o tocarle ligeramente la frente con los dedos al mismo tiempo que decimos: ¡duerme! o ¡Ya está... estas en un estado profundo y especial! A partir de ahí, usamos sugestiones para profundizar.
Método de la rigidez del brazo.La persona está sentada... le estiramos el brazo y lo colocamos a la altura del hombro.Le sugerimos que se encuentra bien y que su brazo cada vez está más rígido. Le hacemos sentir con ligeras presiones sobre la mano dicha rigidez para que se retroalimente en la sugestión... una vez conseguido le indicamos que el brazo comenzará a pesar, que se ha transformado en plomo...” el brazo en tan pesado que se peso se hace insostenible e irá cayendo. Conforme el brazo va bajando, notarás como un sueño agradable e intenso te va invadiendo... cuando el brazo se desplome por completo, dormirás!. Si la sugestión surte efecto, el sujeto irá bajando el brazo hasta soltarlo por completo; en este momento daremos la orden ¡duerme!.
Método de la expectaciónEspecialmente cuando se hace hipnosis de espectáculo, este método es útil.Supongamos un aforo donde se espera al hipnotizador con expectación... por tanto ya existe un ambiente lo suficientemente sugestivo para inducir con facilidad a cualquier asistente. El hipnotizador deberá hablar con cierto misterio y persuasión. Al acercarse a cualquier espectador que ponga reparos a su proximidad ante el temor de ser hipnotizado, a un solo toque u orden del inductor, entrará con facilidad en hipnosis.
Método del “engaño”Especialmente para usarlo con sujetos difíciles. Pondremos a una persona ante nosotros indicándole que le vamos a hipnotizar (le habremos comentado previamente que en realidad no será a ella a quien induciremos, sino que simplemente debe fingir que está durmiendo); a su lado pondremos a otra –a la que realmente queremos inducir- y le explicaremos que su misión es observar con todo el detalle y atención que pueda cómo se duerme la otra persona. Preferiblemente podremos a uno frente a otro y el inductor se sitúa en medio. Bien... llegado este punto a nuestro compinche le pasaremos un péndulo oscilando por delante de los ojos, por ejemplo y el comenzará a fingir su adormecimiento. Deberemos estar atentos a nuestra verdadera víctima, pues cuando su atención sea intensa, soltaremos de una el péndulo y de inmediato sin darle tiempo a reaccionar, situaremos nuestra mano delante de su frente o sus ojos cerrándoselos y diciéndole enérgicamente: ¡duerme!Una puntualización a tener en cuenta es que muchas personas son reacias ante términos como “hipnosis” “hipnotismo” o “sueño” por el temor que estos suscitan de pérdida de la propia conciencia. En ese caso podemos sustituirlos por parlabas o expresiones como “estado especial” “trance” “ensueño” “sopor” etc.
Resumen de las utilidades de la Hipnosis
En general, tanto la hipnosis como el resto de técnicas psico-físicas pueden emplearse en cualquier campo de la actividad humana con mayor o menos intensidad. Pero exponemos aquí los campos en los que más incidencia tienen.
Medicina
- Producir insensibilidad al dolor (anestesia)
- Eliminar o atenuar todo tipo de dolores o molestias
- Mejorar la efectividad del sistema inmunitario.
- Mejorar cualquier enfermedad en general.
- Especial uso en dermatología, donde se eliminan con facilidad eczemas, verrugas o erupciones cutáneas.
Psicología
- Tratamiento de todos los trastornos mentales.
- Timidez, eneuresis, fobias (agorafobia, clautrofobia, miedo a los animales, etc), adicciones (tabaquismo, ludopatías, alcoholismo...)
- Indecisión, falta de concentración, estrés, depresión, angustia, tartamudez...
- Mejorar las relaciones sociales...
Educación y enseñanza
- Mejorar el rendimiento escolar
- Mejorar la memoria y acrecentar la asimilación al estudiar
- Estimular las capacidades creativas.
- Incrementar la capacidad de comprensión y asimilación.
- Motivar para el estudio, incluso de aquellas asignaturas que se “resisten”
-Economía, empresa, ventas
- Mejorar los dones de convicción
- Estimular la capacidad para crear estrategias.
- Adquirir conocimientos para convencer más y mejor a los clientes.
- Trabajar en equipo con eficacia.
Política y comunicación social.
- Comunicación de masas
- Sugestión colectiva.
- Técnicas de comunicación social
Deporte
- Incrementar la resistencia
- Desarrollar los reflejos y la rapidez
- Aumentar la concentración durante competiciones o ejercicios.
- Desarrollar la capacidad física total del cuerpo.
- Coordinar óptimamente la relación pensamiento-movimiento.
- Aumentar la fuerza física.
- Aumentar la motivación.
Las 10 preguntas más frecuentes acerca de la hipnosis:
¿Todo el mundo puede ser hipnotizado?Si entendemos la hipnosis como un estado focalizado de atención, donde no necesariamente tiene que darse la pérdida de conciencia o la falta de memoria sobre lo que ha sucedido en la sesión, la respuesta rotunda es SI. Pero si entendemos esta pregunta como si todo el mundo puede alcanzar el trance profundo (sonambúlico) –entendido en términos de hipnosis clásica- con una sugestionabilidad prácticamente total y con pérdida de conciencia, la respuesta sería NO. Conseguir un trance ligero o medio es relativamente fácil. Llegar a un trance profundo es más complejo; aproximadamente un 80% de sujetos puede llegar sin mucha dificultad a un estadio profundo. Al 20 % restante les sería difícil por diversas variables complicadas de saber o controlar (temor a perder la propia conciencia, prejuicios o creencias, falta de confianza en el inductor, etc.) Pese a este hecho, si usamos la hipnosis a nivel clínico o médico, en la mayoría de las ocasiones es suficiente con un trance medio para obtener resultados
¿Quién puede hipnotizar?La hipnosis es esencialmente una técnica. Por tanto todo aquel que la conozca lo suficiente y aprenda a aplicarla, puede hipnotizar. Otra cosa es que el inductor sepa después enfrentarse y resolver las diferentes situaciones que se le presenten durante la sesión. Si el hipnotizador no cuenta con conocimientos teorico-prácticos concretos y suficientes (incluso aunque se trate de médicos o psicólogos), podría ocasionar graves daños al hipnotizado. Más aún si el inductor persigue fines poco lícitos e intenta vulnerar la integridad física, psíquica o moral del inducido, lo cual ha sucedido numerosas veces, manipulando al hipnotizado. En algunos países la hipnosis clínica sólo está permitida a médicos y psicólogos previamente autorizados y preparados. En España existen centros de formación no académicos, aunque cada vez más en el ámbito universitario se están impartiendo cursos de postgrado o especialización.
¿Se puede quedar alguien eternamente dormido?Es completamente imposible que suceda. Tanto si practicamos la auto-hipnosis (sobre nosotros mismos), como la hetero-hipnosis, es decir, sobre otra persona, siempre acabaremos saliendo del estado hipnótico. Si por cualquier causa el hipnotizador desapareciera, el sujeto inducido pasaría progresivamente del trance hipnótico al sueño natural e iría despertando y despejándose progresivamente. Sucede en ocasiones que la persona está en una situación tan plácida que se resiste a despertarse. En ese caso podemos realizarle una contra-sugestión como : “si quieres permanecer o regresar en un futuro a este estado, debes despertar ahora ” –y normalmente abandonará la hipnosis. O simplemente le dejamos reposar hasta que despierte al cabo de un tiempo que suele ser corto.
¿Tiene la hipnosis contra-indicaciones?La hipnosis y todos los estados y técnicas similares producen un gran beneficio al organismo, ya que ayuda a eliminar tensiones físicas o emocionales, reduce ligeramente la tensión arterial, regula el ritmo cardíaco y respiratorio, equilibra los hemisferios cerebrales y si hablásemos en términos energéticos, reequilibra la bio-energía del cuerpo.Por tanto si somos personas normalmente sanas, no correremos ningún peligro. Sin embargo existen dos contra indicaciones absolutas: en general no debe practicarse hipnosis a personas con esquizofrenia o graves enfermedades mentales ¿por qué? Porque podríamos agravarles sus síntomas a parte de que serían difícilmente inducibles. El segundo caso se trata de personas con epilepsia o que hayan tenido crisis de este tipo recientes: durante la hipnosis les podría sobrevenir una de estas crisis, por lo que la prudencia aconseja no someterlas.
¿Tiene el hipnotizador algún poder especial?Rotundamente NO. Cuando se emplea la hipnosis como espectáculo, el hipnotizador se suele presentar con una aureola de poderes mentales excepcionales; esto forma parte del ambiente sugestivo que el inductor empleará para conseguir sus efectos espectaculares.Todo depende de lo sugestionables e impresionables que seamos. Realmente si una persona no lo desea, es muy difícil que se le induzca, a no ser que exista un miedo o un convencimiento tan extremo de que el hipnotizador tiene tal poder (ficticio) que nuestra propia creencia o convencimiento nos hará caer en hipnosis incluso a veces de forma instantánea a la más mínima sugerencia o toque del inductor. Para hipnotizar no se necesitan dotes especiales, aunque sí un mínimo de aptitudes. Por ejemplo una persona tímida, dudosa e insegura de sí misma sería un mal hipnólogo o hipnotizador.
¿Se puede inducir a alguien a realizar lo que no desea?Aunque diversos autores niegan esta posibilidad, nuestra práctica sólo con fines experimentales nos demuestra que SI. Todo depende de muchas y distintas variables, pero si el sujeto inducido tiene un grado suficiente de profundidad hipnótica, puede en todo o en parte, aceptar sin posibilidad de negarse las sugestiones que le imponga el hipnotizador. Se han dado numerosos casos de violaciones y de manipulación mental bajo estados de hipnosis –esto no es nada nuevo- Por ello no debemos dejarnos hipnotizar por personas que no tengan nuestra confianza.
¿Nos podemos hipnotizar a nosotros mismos?Por supuesto. La auto-hipnosis es una de las vertientes más interesantes de esta técnica.Para ello podemos utilizar –por ejemplo- un cassette, donde nos grabaremos una inducción para relajarnos progresivamente, incluyendo sugestiones como: “ cada vez estoy más tranquilo, mis músculos se van soltando, poco a poco voy sintiendo un ensueño agradable y profundo...” Al final, añadiremos las sugestiones que deseemos implantarnos para diversos fines, como estudiar más y mejor, dejar el tabaco, estar más tranquilos, etc.
¿Nos pueden hipnotizar sin que nos demos cuenta?La hipnosis está más presente en nuestras vidas de lo que nos imaginamos. De hecho si ésta sólo es un estado de atención más o menos aguda y focalizada, todos los días sufrimos en mayor o menor medida una o varias “hipnosis”. La publicidad – especialmente en la TV pretende hipnotizarnos (sugestionarnos) para que compremos un producto... los políticos usan técnicas de comunicación e imagen muy elaboradas para captar nuestra atención, incluso donde es más importante la impresión final que el discurso en sí. Pero volviendo a la hipnosis clásica, existen técnicas subliminales para inducir a un sujeto a estados hipnóticos e inducirle -sin necesidad de que exista pérdida de conciencia- a determinado comportamiento o actitud.A parte de esto existen algunos casos excepcionales como el del polaco Wolf Messing. Stalin la irrupción de la II Guerra mundial detuvier el trabajo de los “psicotrónicos” (parapsicólogos) soviéticos. El propio dictador le propuso en 1.940 que realizara una demostración: debía atracar un banco con las únicas armas de su potencia psíquica. En un céntrico banco de Moscú, Messing entregó una hoja en blanco al empleado, quien en pocos segundos le entregó sin dilación 100.000 rublos.
¿Existe la hipnosis instantánea?Si. Por ejemplo en los espectáculos hipnóticos, cuando el inductor se percata de que alguien entre su público es muy sugestionable e incluso muestra cierto miedo al acercársele, el propio temor y el hecho de que se vea al hipnotizador revestido de un poder especial, hará que a la más mínima insinuación de éste, el espectador caiga inmediatamente en hipnosis (normalmente se tratará de un trance ligero o medio y habrá que profundizar). El otro caso sería cuando una vez conseguida una inducción, al sujeto se le deja implantada una orden post-hipnótica como por ejemplo: “ cuando despiertes y en las próximas ocasiones en que yo te lo indique, caerás inmediatamente en este mismo estado” Dicha orden –si el estado conseguido es suficientemente profundo- queda implantada en la mente profunda del sujeto y puede perdurar incluso por tiempo indefinido.
¿Se puede hipnotizar a distancia?Esta es una de los campos de investigación más apasionantes de la materia. Es inquietante comprobar que en muchas ocasiones bajo hipnosis la actividad mental, su ámbito y alcance de conocimiento superaran espacio y tiempo. Nuestro sistema nervioso es una auténtica red por donde circula electricidad de bajo voltaje; donde hay electricidad, se puede dar electro-magnetismo, por lo cual el entramado sistema de neuronas extendidas a lo largo de nuestra anatomía se convierte en un virtual emisor-receptor de frecuencias que pueden llevar incorporada determinada información. La aplicación práctica que se deriva de lo que acabamos de decir, es uno de los secretos mejor guardados por los Gobiernos que lo han investigado. En 1997 saltaba a la luz que la extinta Unión Soviética había empleado durante los 70 y 80 espías controlados a distancia y programados mediante hipnosis. Nuestro internacionalmente conocido neurofisiólogo D. José Manuel Rodríguez
Delgado declara: “ a través de las técnicas empleadas por los soviéticos contra la
Embajada de EE.UU. podían leer a distancia las letras de la máquina de escribir de la secretaria”
Autor: Juan de Dios Maldonado SánchezWeb oficial del curso: http://www.cursodehipnosis.comEsta obra se encuentra bajo la licencia de creative commons:http://creativecommons.org/licenses/by-nc-sa/2.5/es/
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Sunday, August 20, 2006
Nuestro sistema nervioso es una auténtica red por donde circula electricidad de bajo voltaje; donde hayelectricidad, se puede dar electro-magnetismo, por lo cual el entramado sistema deneuronas extendidas a lo largo de nuestra anatomia se convierte en un virtual emisor-receptor de frecuencias que pueden llevar incorporada determinada información.
HIPNOTIZAR y METODO
¿Cómo hipnotizar?
Como ya se ha descrito el cerebro debe tener menos de 8 Hz, ello significa que la persona tiene que estar relajada. Como explicación mencionaremos que el estado alpha o de relajación en donde la persona se encuentra relajada pero atenta se encuentra entre 8 a 12 Hz y que es cuando nos encontramos descansados, filosofando, meditando o mirando una hermosa puesta del sol completamente enamorados.El estado entre 5 a 8 Hz es el estado denominado Theta y menor a 5 Hz se denominada Deltha en donde se realiza el sueño y también los fenómenos paranormales o de poderes ocultos.Entonces, el estado hipnótico, es realmente un estado de sueño y a la vez de realización de fenómenos más allá de normal. Por ello para hipnotizar el primer paso es relajar al paciente hacia el estado del sueño, pero sin que pierda el contacto con la realidad en un pequeño espacio en donde sólo escuche la voz del hipnotizador y sienta su energía.Cuando los practicantes de yoga, meditacion, tantra, sienten el satori, el samadhi o algún tipo de elevación, es producto de la energía que aplica el gurú, el maestro, swami, en el sexto chakra o algún lugar del cuerpo. Esta energía es similar a la del reiki, pranificación o sanación, que se aplica generalmente en la frente, parte superior de la cabeza, nuca, de aquel a quien se va a hipnotizar y con la ayuda de diversas técnicas de inducción, relajación o sofrología se lleva al estado requerido.MétodosSon inumerables y van desde la mirada, los pases magnéticos, hasta una serie de instrucciones por medio de la voz para que el paciente ingrese al mundo inconsciente y sea guiado en el consciente.Los métodos se aplican de una persona a otra o a uno mismo, esto segundo generalmente en la autosanación. La hipnosis clínica ha tenido importantes logros desde una operación de cesarea a mediados del siglo pasado sin ningñun tipo de anestesia, en donde la paciente fue sometida a una cesarea exitosa sin anestesia y permaneció cantando durante todo el proceso.Entonces existen diversos métodos eminentemente prácticos, uno de los cuales enseñaremos de inmediato y que se aplica a la sanación de enfermedades y la autosanación:
Acuestese o acueste comodamente a la persona a ser inducida.
Todas las instrucciones que siguen son hacia uno mismo o hacia la otra persona.
Mencione con voz clara y fluida, vocalizando pausadamente, que se relajen, se suelten, los pies.
Luego de una pausa de unos 5 segundos se pide que se relajen los tobillos y a intervalos de 5 segundos aproximadamente se sigue avanzando hacia las pantorillas, rodillas, ano, gluteos, vientre, estómago, espalda, pecho, hombros, brazos, antebrazos, manos, cuello, rostro, craneo, nuca.
Se repite una vez mas el proceso siempre son voz firme, serena, sin trabas.
Ahora se pide que autocoloque una imaginaria luz en alguna zona enferma o afectada de la persona inducida o paciente, una luz acompañada de calor, regeneración, armonía.
Luego de unos 15 segundos repetir la orden anterior.
Luego de unos 30 segundos ordenar que aumente la potencia de la luz y el calor y que realmente "sienta", que no se lo imagine, sino que los "sienta".
Luego de otros 30 segundos indicar que aumente la potencia al máximo y realmente esta sanando, regenerando, iluminando como miles de reflectores.
Luego de unos 2 minutos repetir la orden anterior para finalmente con otros 3 minutos indicar que la curación continuará durante el resto del día o de la noche.
Unos 2 o 3 minutos más y se le pedirá que haga 3 respiraciones lentas y profundas y luego que cruce los brazos en el pecho tocando cada mano el hombro opuesto para que vuelva a la normalidad.
Otras 3 respiraciones y poco a poco abra los ojos y baje los brazos.
Este método presenta tres niveles de intensidad, cada cual más intenso y dependiendo de la naturaleza de la enfermedad.
¿Cómo hipnotizar?
Como ya se ha descrito el cerebro debe tener menos de 8 Hz, ello significa que la persona tiene que estar relajada. Como explicación mencionaremos que el estado alpha o de relajación en donde la persona se encuentra relajada pero atenta se encuentra entre 8 a 12 Hz y que es cuando nos encontramos descansados, filosofando, meditando o mirando una hermosa puesta del sol completamente enamorados.El estado entre 5 a 8 Hz es el estado denominado Theta y menor a 5 Hz se denominada Deltha en donde se realiza el sueño y también los fenómenos paranormales o de poderes ocultos.Entonces, el estado hipnótico, es realmente un estado de sueño y a la vez de realización de fenómenos más allá de normal. Por ello para hipnotizar el primer paso es relajar al paciente hacia el estado del sueño, pero sin que pierda el contacto con la realidad en un pequeño espacio en donde sólo escuche la voz del hipnotizador y sienta su energía.Cuando los practicantes de yoga, meditacion, tantra, sienten el satori, el samadhi o algún tipo de elevación, es producto de la energía que aplica el gurú, el maestro, swami, en el sexto chakra o algún lugar del cuerpo. Esta energía es similar a la del reiki, pranificación o sanación, que se aplica generalmente en la frente, parte superior de la cabeza, nuca, de aquel a quien se va a hipnotizar y con la ayuda de diversas técnicas de inducción, relajación o sofrología se lleva al estado requerido.MétodosSon inumerables y van desde la mirada, los pases magnéticos, hasta una serie de instrucciones por medio de la voz para que el paciente ingrese al mundo inconsciente y sea guiado en el consciente.Los métodos se aplican de una persona a otra o a uno mismo, esto segundo generalmente en la autosanación. La hipnosis clínica ha tenido importantes logros desde una operación de cesarea a mediados del siglo pasado sin ningñun tipo de anestesia, en donde la paciente fue sometida a una cesarea exitosa sin anestesia y permaneció cantando durante todo el proceso.Entonces existen diversos métodos eminentemente prácticos, uno de los cuales enseñaremos de inmediato y que se aplica a la sanación de enfermedades y la autosanación:
Acuestese o acueste comodamente a la persona a ser inducida.
Todas las instrucciones que siguen son hacia uno mismo o hacia la otra persona.
Mencione con voz clara y fluida, vocalizando pausadamente, que se relajen, se suelten, los pies.
Luego de una pausa de unos 5 segundos se pide que se relajen los tobillos y a intervalos de 5 segundos aproximadamente se sigue avanzando hacia las pantorillas, rodillas, ano, gluteos, vientre, estómago, espalda, pecho, hombros, brazos, antebrazos, manos, cuello, rostro, craneo, nuca.
Se repite una vez mas el proceso siempre son voz firme, serena, sin trabas.
Ahora se pide que autocoloque una imaginaria luz en alguna zona enferma o afectada de la persona inducida o paciente, una luz acompañada de calor, regeneración, armonía.
Luego de unos 15 segundos repetir la orden anterior.
Luego de unos 30 segundos ordenar que aumente la potencia de la luz y el calor y que realmente "sienta", que no se lo imagine, sino que los "sienta".
Luego de otros 30 segundos indicar que aumente la potencia al máximo y realmente esta sanando, regenerando, iluminando como miles de reflectores.
Luego de unos 2 minutos repetir la orden anterior para finalmente con otros 3 minutos indicar que la curación continuará durante el resto del día o de la noche.
Unos 2 o 3 minutos más y se le pedirá que haga 3 respiraciones lentas y profundas y luego que cruce los brazos en el pecho tocando cada mano el hombro opuesto para que vuelva a la normalidad.
Otras 3 respiraciones y poco a poco abra los ojos y baje los brazos.
Este método presenta tres niveles de intensidad, cada cual más intenso y dependiendo de la naturaleza de la enfermedad.
Thursday, August 17, 2006
Cómo practicar la meditación de la atención por Sákyong Mípham Rímpoche"
La práctica de la atención es simple y totalmente asequible. Simplemente sentándonos sin hacer nada, estamos haciendo mucho."En otro artículo comentaba porqué la atención es esencial para la práctica espiritual, sin importar la tradición espiritual que sigamos debemos tener una mente que sea capaz de permanecer en el momento presente si queremos profundizar en nuestra comprensión y experiencia. Ahora me gustaría hablar sobre algunos aspectos de la práctica de la atención en sí misma. En la meditación de la atención, o shámatha, intentamos conseguir una mente que sea estable y tranquila. Lo que empezamos a descubrir es que esta calma o armonía es un aspecto natural de la mente. A través de la práctica de la atención estamos simplemente desarrollándola y fortaleciéndola y a la larga somos capaces de permanecer en nuestra mente de una forma apacible sin luchar. Nuestra mente se siente contenta de una forma natural.Un punto importante es que cuando estamos en un estado de atención, sigue habiendo inteligencia. No es como si nos quedáramos en blanco. A veces la gente piensa que una persona que está en meditación profunda no sabe lo que ocurre, que es como estar dormido. Es cierto que hay estados meditativos en los que dejan de funcionar las percepciones sensoriales, pero ese no es el objetivo de la práctica de shamatha.Crear un entorno favorable Hay ciertas condiciones que son útiles para la práctica de la atención. Cuando creamos el entorno adecuado es más fácil practicar. Es bueno si el lugar donde meditas, aunque sea sólo un pequeño espacio en tu casa, tiene cierto ambiente sagrado que te inspire. También se dice que debes meditar en un lugar que no sea demasiado ruidoso o molesto y que no debes estar en una situación en la que tu mente vaya a ser fácilmente provocada hacia el odio o los celos o alguna otra emoción. Si estás molesto o irritado, entonces tu práctica se verá afectada.Empezar la práctica Yo animo a la gente a meditar frecuentemente pero durante cortos periodos de tiempo diez, quince o veinte minutos. Si la fuerzas demasiado, la práctica puede ir demasiado cargada de la personalidad, y entrenar la mente debe ser muy, muy simple. Así que puedes meditar durante diez minutos por la mañana y diez minutos por la noche, y durante ese tiempo estás verdaderamente trabajando con la mente. Entonces simplemente paras, te levantas y te vas. A menudo simplemente nos dejamos caer en la meditación y dejamos que nos lleve la mente a donde quiera. Debemos crear una sensación personal de disciplina. Cuando nos sentemos, podemos recordarnos: "Estoy aquí para trabajar con mi mente. Estoy aquí para entrenar mi mente". Está bien decirte esto, literalmente, cuando te sientes. Necesitamos esa clase de inspiración cuando empezamos a practicar.La posturaEl punto de vista budista es que la mente y el cuerpo están conectados. La energía fluye mejor cuando el cuerpo está erguido, y cuando está doblado el flujo cambia y eso afecta directamente tu proceso de pensar. Por eso hay un yoga de cómo trabajar con esto. No nos sentamos derechos porque estamos tratando de ser buenos alumnos; nuestra postura realmente afecta a nuestra mente.
Las personas que necesiten usar una silla para meditar deben sentarse derechas con los pies apoyados en el suelo. Los que usen un cojín de meditación como un zafu o un gomden deben encontrar una postura cómoda con las piernas cruzadas y las manos descansando sobre los muslos con las palmas hacia abajo. Las caderas no deben estar ni demasiado hacia delante, lo que crea tensión, ni tan hacia atrás que empieces a repantingarte. Debes tener una sensación de estabilidad y de fuerza.Cuando nos sentamos, lo primero que tenemos que hacer es habitar nuestro cuerpo tener realmente una sensación de nuestro cuerpo. A menudo es como si nos apuntalamos y pretendemos estar practicando, pero ni siquiera podemos sentir nuestro cuerpo; ni siquiera podemos sentir dónde está. En lugar de eso debemos estar aquí mismo. Así que cuando empieces una sesión de meditación, puedes emplear al principio un tiempo asentándote en tu postura. Puedes sentir como si tu columna vertebral fuera estirada hacia arriba desde la coronilla alargando tu postura y después se asienta. El principio básico es mantener una postura derecha, erguida. Estás en una situación sólida: tus hombros están nivelados, tus caderas están niveladas, tu columna vertebral está derecha. Puedes visualizar cómo pones tus huesos en la posición correcta y dejas que tu carne cuelgue de esa estructura. Utilizamos esta postura para permanecer relajados y despiertos. La práctica que estamos haciendo es muy precisa: debes estar muy despierto aunque estés calmado. Si te das cuenta de que estás embotado, confuso o adormecido, debes repasar tu postura.La miradaPara la estricta práctica de la atención, la mirada debe dirigirse hacia abajo enfocando a una distancia de unos 6 cm delante de tu nariz. Los ojos están abiertos pero no mirando fijamente; tu mirada es suave. Estamos intentando reducir la recepción sensorial tanto como podamos. La gente dice: "¿no debemos tener cierta sensación del entorno?" pero esa no es nuestra preocupación en esta práctica. Estamos simplemente intentando trabajar con la mente y cuanto más levantamos nuestra mirada, más nos vamos a distraer. Es como si tuvieras una luz en el techo que iluminara toda la habitación, y de repente la enfocaras justo abajo delante de ti. Estás ignorando a conciencia lo que hay alrededor de ti. Estás poniendo el caballo de la mente en un corral más pequeño.La respiraciónCuando hacemos la práctica de shámatha, nos familiarizamos más y más con nuestra mente, y aprendemos especialmente a reconocer el movimiento de la mente, que experimentamos como pensamientos. Hacemos esto usando un objeto de meditación para proporcionar un contraste o contrapunto a lo que sucede en nuestra mente. En cuanto nos vamos y empezamos a pensar sobre algo, la conciencia del objeto de meditación nos traerá de vuelta. Podemos poner una piedra enfrente de nosotros y usarla para enfocar nuestra mente, pero usar la respiración como objeto de meditación es particularmente útil porque nos relaja.Cuando empiezas la práctica, tienes cierta sensación de tu cuerpo y cierta sensación de donde estás, y entonces empiezas a darte cuenta de la respiración. Toda la sensación de la respiración es muy importante. Obviamente la respiración no debe ser forzada; estás respirando de forma natural. La respiración va adentro y afuera, adentro y afuera. Con cada respiración te vas relajando.Los pensamientos No importa qué tipo de pensamientos surjan, debes decirte a tí mismo: "Eso puede ser un asunto muy importante en mi vida, pero ahora mismo no es el momento para pensar en ello. Ahora estoy practicando la meditación." Esto nos lleva a cuán honestos somos, qué sinceros podemos ser con nosotros mismos, durante cada sesión. Todos se pierden con los pensamientos a veces. Puedes pensar: "No puedo creer que me pueda quedar tan absorto en algo así", pero intenta no hacerlo demasiado personal. Intenta simplemente ser tan imparcial como puedas. La mente estará salvaje y debemos reconocerlo. Si estamos intentando estar completamente libres de conceptos, sin estar discursivos en absoluto, eso simplemente no va a suceder.Así que a través del proceso de etiquetar, simplemente vemos nuestro estado discursivo. Cuando reconocemos que nos hemos perdido con los pensamientos, lo etiquetamos mentalmente "pensamiento" suavemente y sin juzgarlo y volvemos a la respiración. Cuando tenemos un pensamiento no importa cuán salvaje o extraño pueda ser simplemente lo dejamos irse y volvemos a la respiración, volvemos a la situación aquí.Cada sesión de meditación es un viaje de descubrimiento para comprender la verdad básica de quiénes somos. Al principio la lección más importante de meditación es ver la velocidad de la mente. Pero la tradición de la meditación dice que la mente no tiene porqué estar así: simplemente no se ha trabajado con ella.Lo que estamos hablando es algo muy práctico. La práctica de la atención es simple y totalmente asequible. Y al estar trabajando con la mente que experimenta directamente la vida, al simplemente sentarnos y no hacer nada, estamos haciendo mucho.
En la práctica de la meditación, la postura erguida es sumamente importante. Tener la espalda erguida no es una postura artificial; es lo natural en el cuerpo humano. Lo no habitual es encorvarse y desplomarse. Cuando uno se encorva no puede respirar bien, y una postura desgarbada es también signo de estar cediendo a la neurosis. De manera que al sentarse erguido, uno está proclamando, para sí y para el resto del mundo, que va a ser un guerrero, un ser íntegramente humano.Para mantener la espalda erguida no es preciso forzarse levantando los hombros; la posición erguida viene naturalmente al sentarse, simple pero orgullosamente, en el suelo, o sobre un cojín de meditación. Entonces, como uno tiene la espalda erguida, no siente ni rastro de timidez ni de vergüenza, y por lo tanto no agacha la cabeza. Uno no se está inclinando ante nada. Por eso, los hombros se enderezan automáticamente y uno empieza a tener la cabeza y los hombros bien plantados. Entonces puede dejar que sus piernas descansen naturalmente cruzadas a lo sastre; no es necesario que las rodillas toquen el suelo. Uno completa la postura apoyando ligeramente las manos sobre los muslos, con las palmas hacia abajo. Esta posición fortalece la sensación de estar ocupando adecuadamente su lugar.
En esta postura uno no se pone a dejar vagar la mirada al azar. Tiene la sensación de estar adecuadamente ahí; por eso los ojos están abiertos, pero la mirada se dirige ligeramente hacia abajo, quizás a un par de metros por delante de uno. De esta manera, la vista no se pasea de un lado a otro, sino que se tiene aún más la sensación de algo deliberado y definido. Esta pose majestuosa se puede apreciar en algunas esculturas egipcias y sudamericanas, como también en las estatuas orientales. Es una postura universal, que no se limita a una única cultura ni a un solo lugar.También en el diario vivir debe uno tener conciencia de su postura, del porte de la cabeza y los hombros, de su modo de caminar y de mirar a la gente. Aun cuando uno no esté meditando, puede mantener un estado existencial decoroso. Puede trascender su cortedad y enorgullecerse de ser un ser humano. Este orgullo es aceptable y bueno.Entonces, en la práctica de la meditación, estando sentado en una buena postura, uno presta atención a la respiración. Cuando respira está totalmente ahí, verdaderamente ahí. Con la exhalación uno sale de sí mismo, su aliento se disuelve, y luego la inhalación se da naturalmente. Entonces uno vuelve a salir de sí mismo. De manera que hay un constante salir con la exhalación. Cuando uno exhala se disuelve, se difunde. Entonces la inhalación se produce naturalmente; no es preciso seguir el aire que entra. Uno vuelve simplemente a su postura, y ya está listo para otra exhalación. Salir y disolverse: tsúuu; después volver a su postura; después tsúuu, y volver a su postura.Inevitablemente, al cabo de un rato se producirá un ¡bing!... un pensamiento. Llegado a ese punto uno dice para sí mismo: «pensamiento». No lo dice en voz alta; lo dice mentalmente: «pensamiento». Rotular así los pensamientos le facilita a uno tremendamente el volver a la respiración. Cuando un pensamiento nos aparta por completo de lo que efectivamente estamos haciendo cuando ni si- quiera nos damos cuenta de que estamos sentados en un cojín, sino que mentalmente estamos en Nueva York o en San Francisco, decimos «pensamiento» y retornamos a la respiración.En realidad no importa cuáles sean los pensamientos que uno tenga. En la práctica de la meditación sentada, tanto a los pensamientos monstruosos como a los pensamientos benignos, se los considera a todos puramente como pensamientos. No son ni virtuosos ni pecaminosos. Lo mismo da pensar en asesinar a su padre o querer prepararse una limonada y comerse unas galletas. No hay que dejarse escandalizar por sus pensamientos: ningún pensamiento es otra cosa que un pensamiento. Ninguno merece una medalla de oro ni una reprimenda. Uno se limita a rotularlos como «pensamientos», y luego vuelve a la respiración. «Pensamiento», y seguir respirando; «pensamiento», y seguir respirando.La práctica de la meditación es muy precisa. Hay que estar ahí en el instante mismo, en cada momento. Es un esfuerzo muy duro, pero si uno recuerda la importancia de la postura, eso le permitirá sincronizar la mente y el cuerpo. Si no se tiene una buena postura, la práctica se parecerá a un caballo cojo que intenta tirar de un carro; jamás dará resultado. Así que primero uno se sienta y toma su postura, y luego empieza a trabajar con la respiración; tsúuu. salir, volver a la postura; tsúuu, volver a la postura; tsúuu. Cuando surgen pensamientos, uno dice «pensamientos» y vuelve a la postura, vuelve a la respiración. Su mente está trabajando con la respiración, pero siempre mantiene uno el cuerpo como punto de referencia. Uno no está trabajando sólo con la mente; está trabajando con la mente y el cuerpo, y cuando ambos trabajan juntos, jamás puede uno apartarse de la realidad.El estado ideal de tranquilidad proviene de vivenciar la sincronización de cuerpo y mente. Si la mente y el cuerpo no están sincronizados, entonces el cuerpo se afloja, y la mente divaga. Es como un tambor mal hecho, en que el parche no se ajusta bien al bastidor, de modo que uno de los dos se rompe y la tensión no es constante. Cuando mente y cuerpo están sincronizados, entonces, gracias a la buena postura, la respiración se produce naturalmente; y como la respiración y la postura colaboran, la mente tiene un punto de referencia para orientarse. Por consiguiente, la mente sale naturalmente con la respiración.Este método de sincronización de mente y cuerpo nos enseña a ser muy simples ya sentir que no somos nada especial, sino seres comunes y corrientes, extremadamente comunes y corrientes. Uno se sienta simplemente, como un guerrero, y de eso dimana una sensación de dignidad individual. Uno está sentado sobre la tierra y se da cuenta de que esta tierra lo merece a uno y de que uno la merece. Uno está ahí... plenamente, en forma personal y auténtica. Es decir que el propósito de la práctica de la meditación, en la tradición shambhaliana, es de educar a la gente para que sea sincera y auténtica, fiel a sí misma.En cierto sentido debemos sentir que cargamos con un peso: llevamos la carga de ayudar a este mundo. No podemos dejar de lado esa responsabilidad hacia los demás. Pero si recibimos nuestra carga como un gozo, podemos realmente liberar a este mundo. y debemos empezar por nosotros mismos. Si somos abiertos y sinceros con nosotros mismos, podemos aprender también a ser abiertos con los demás. De esa manera, tomando como base la bondad que descubrimos en nosotros, podemos trabajar con el resto del mundo. Por esta razón, se considera que la práctica de la meditación es una buena manera es más, una manera excelente de vencer la guerra en el mundo, tanto nuestra propia guerra como las guerras mayores.¿Qué es la mente?por Sákyong Mípham Rímpoche"A través de la meditación empezamos a entender qué es la mente. Poco a poco, vamos desvelando su verdadera naturaleza: su claridad, su capacidad de conocer y su objetividad.”¿Cuál es la naturaleza de lo que sentimos que es la mente? De acuerdo con la sabiduría budista, decimos que la mente es clara, que conoce y que es objetiva.En primer lugar, decimos que la mente es objetiva. La mente es algo neutro que nos permite conocer lo que percibimos y que adopta la forma de lo que proyectamos en ella. Cuando la mente está tranquila, vemos que surgen emociones como el amor, la compasión y la comprensión. Por lo general, estas emociones, al contrario de las negativas, están más en armonía con la naturaleza básica de la mente.
Evidentemente, la mente no es un objeto físico, ya que no tiene forma. Se podría decir que es traslúcida y capaz de penetrarlo todo. No hay nada que se lo impida. ¿Qué quiere decir que la mente puede efectivamente penetrar las formas?Significa, por ejemplo, que si estamos muy enojados o ansiosos, o nos sentimos soberbios y orgullos, creemos que somos esa emoción. Cuando estamos sentados meditando y de pronto nos surge un pensamiento que nos hace enojarnos, sentimos que la rabia nos domina, casi como algo físico. La mente se empapa de esta emoción y se densifica. Por eso, se podría decir que la emoción cambia el formato de la mente. Como la mente no tiene una inclinación determinada, adquiere la forma de esa emoción. Con el paso del tiempo, lo que pasa es que la mente se sobrecarga con todas estas emociones y con los patrones que adoptamos.Por eso es tan útil e importante comprender su verdadera naturaleza. Eso nos puede dar esperanzas, porque sabemos que fundamentalmente la mente no es estúpida ni irritante, ni ignorante ni confusa. A veces es posible que nos sintamos estúpidos y enojados, pero eso se debe solamente a que la mente está condicionada. Tradicionalmente, se compara la mente con una tela blanca que ha sido teñida, pero que no pierde su pureza esencial.En segundo lugar, la mente es capaz de conocer. Es inteligente. ¿Por qué somos capaces de distinguir entre una roca, un libro y una pera? ¿Cómo sabemos que estamos dentro o fuera de un lugar? Lo que nos permite saberlo es la capacidad de conocer de la mente, su inteligencia. Es como la luz del sol: cuando sale el sol, su calor se extiende por todas partes. Ese calor se podría comparar con la capacidad de conocer.Por lo general, no nos asombramos de que la mente sea capaz de conocer. Sin embargo, en el proceso de la meditación es muy importante darse cuenta de esta capacidad básica de la mente. Cuando la meditación se convierte en una actividad constante, es común que nos preguntemos por la mente y su naturaleza. Nos preguntamos “¿de qué está hecha fundamentalmente? ¿será posible describirla?” Yo suelo compararla con un caballo salvaje. Un caballo salvaje e indómito, pero que puede ser domado. Una vez adiestrada, la mente se pone a nuestro servicio y no nos lanza de un lado a otro sin advertirnos. Por eso tenemos que saber qué estamos domando.En la meditación aprendemos a descubrir qué es la mente. Poco a poco, vamos distinguiendo los elementos que la componen: su claridad esencial, su capacidad de conocer y su objetividad. A medida que avanzamos, nos contactamos con esos aspectos puros de la mente, acercándonos cada vez más a su fuente. Quizás sigamos enojándonos o sintiéndonos estúpidos, pero a través del proceso de meditación vamos traspasando las capas de la mente y, a la larga, quizá incluso podamos ver más de cerca su auténtica naturaleza.En último término, la mente es clara. En este contexto, “claridad” significa que estamos muy cerca de los objetos que percibimos. A mí me gusta usar la analogía de bucear con una máscara. La primera vez que lo hice, el agua tenía mucho barro estaba muy turbia, así es que no vi mucho. Pero la segunda vez estaba transparente, y me impresionó ver todo tan nítido y tan cerca. Esa es la claridad a la que me refiero y que nos sorprende, porque todo se ve más nítido que lo habitual, y sentimos que somos uno con lo que nos rodea. Nos sentimos ahí, simplemente. No hay nada que se interponga.Para poner en práctica esta comprensión de la mente, hay varias técnicas que pueden aplicarse en distintas circunstancias. En cada etapa de la meditación uno se encuentra con obstáculos para los que hay distintos antídotos, concretamente formas de superarlos.
Como meditadores, tenemos que comprender el sendero: tenemos que conocer las etapas, los obstáculos y los antídotos. Necesitamos algo que nos oriente, porque la mente es tan amplia que nuestra tendencia es dejarnos llevar por los pensamientos. Nos viene una idea, que de momento nos parece buena, y luego viene otra. Nos vamos de pensamiento en pensamiento, de idea en idea, de emoción en emoción. Por eso necesitamos orientaciones, para atravesar ese espacio lleno de de conceptos y pensamientos.Cuando estamos meditando, de repente nos damos cuenta que aparecen ideas fugaces ("¿Le habré dado de comer al perro?”). Todos tenemos este tipo de pensamientos, pero hay pensamientos o conceptos arraigados que nos acompañan mucho tiempo, toda la vida incluso, y que son más difíciles de distinguir. Actitudes, creencias, preferencias políticas; ése es el tipo de conceptos que ni siquiera sabemos que tenemos. La práctica de la meditación nos da la oportunidad de irlos desvelando, capa por capa. Recuerden que en la meditación no se trata de superar los conceptos, porque eso sería considerarlos en un sentido negativo, como si fuéramos confusos por naturaleza. De lo que se trata es de desarrollar la inteligencia natural de la mente. Al principio es posible que nos digamos "necesito conceptos claros para entender lo que está pasando", y en esa etapa se podría decir que está bien. Como dijo el gran yogui Milarepa, "Errores, errores; si no hubiera sido por los errores, no estaría aquí".Shámatha y VipashyanaShambhala ofrece una amplia variedad de tradiciones de meditación, todas ellas basadas en el principio de no-agresión.La práctica fundamental de Shambhala es shámatha-vipashyana, o meditación de atención y darse cuenta.Shámatha significa paz y es el cultivo de la atención, lo que implica una falta de auto-decepción y lucha.Vipashyana es el desarrollo del darse cuenta, o visión interior, lo que permite ver las cosas de forma precisa, tal y como son.Al unir shámatha y vipashyana nos relajamos en el momento presente y la simplicidad, al mismo tiempo que surge la visión interior y la conexión con el mundo. La instrucción de meditación no es simplemente la presentación de una técnica que puede leerse en un libro. Es la expresión de la transmisión oral de maestro a estudiante, un linaje ininterrumpido desde hace 2.500 años.Miembros acreditados de los Centros de meditación Shambhala instruyen a los estudiantes en la práctica de la meditación y trabajan con ellos en el desarrollo de su práctica, a la vez que les ayudan a unir la visión y la experiencia de la meditación con la vida diaria.La instrucción de meditación se ofrece de forma totalmente gratuita en todos los Centros de meditación Shambhala.LIBROS SOBRE SHAMBHALA Y BUDISMO (Traducciones publicadas en español)Actualizado a Febrero 2006Sakyong Mipham RinpocheCONVERTIR LA MENTE EN NUESTRA ALIADA(Turning the Mind into an Ally)Traducción de Alfonso TaboadaBilbao: Editorial Desclée de Brouwer, 2003ISBN 84-330-1806-Xampliar fotoChögyam Trungpa Rinpoche
La práctica de la atención es simple y totalmente asequible. Simplemente sentándonos sin hacer nada, estamos haciendo mucho."En otro artículo comentaba porqué la atención es esencial para la práctica espiritual, sin importar la tradición espiritual que sigamos debemos tener una mente que sea capaz de permanecer en el momento presente si queremos profundizar en nuestra comprensión y experiencia. Ahora me gustaría hablar sobre algunos aspectos de la práctica de la atención en sí misma. En la meditación de la atención, o shámatha, intentamos conseguir una mente que sea estable y tranquila. Lo que empezamos a descubrir es que esta calma o armonía es un aspecto natural de la mente. A través de la práctica de la atención estamos simplemente desarrollándola y fortaleciéndola y a la larga somos capaces de permanecer en nuestra mente de una forma apacible sin luchar. Nuestra mente se siente contenta de una forma natural.Un punto importante es que cuando estamos en un estado de atención, sigue habiendo inteligencia. No es como si nos quedáramos en blanco. A veces la gente piensa que una persona que está en meditación profunda no sabe lo que ocurre, que es como estar dormido. Es cierto que hay estados meditativos en los que dejan de funcionar las percepciones sensoriales, pero ese no es el objetivo de la práctica de shamatha.Crear un entorno favorable Hay ciertas condiciones que son útiles para la práctica de la atención. Cuando creamos el entorno adecuado es más fácil practicar. Es bueno si el lugar donde meditas, aunque sea sólo un pequeño espacio en tu casa, tiene cierto ambiente sagrado que te inspire. También se dice que debes meditar en un lugar que no sea demasiado ruidoso o molesto y que no debes estar en una situación en la que tu mente vaya a ser fácilmente provocada hacia el odio o los celos o alguna otra emoción. Si estás molesto o irritado, entonces tu práctica se verá afectada.Empezar la práctica Yo animo a la gente a meditar frecuentemente pero durante cortos periodos de tiempo diez, quince o veinte minutos. Si la fuerzas demasiado, la práctica puede ir demasiado cargada de la personalidad, y entrenar la mente debe ser muy, muy simple. Así que puedes meditar durante diez minutos por la mañana y diez minutos por la noche, y durante ese tiempo estás verdaderamente trabajando con la mente. Entonces simplemente paras, te levantas y te vas. A menudo simplemente nos dejamos caer en la meditación y dejamos que nos lleve la mente a donde quiera. Debemos crear una sensación personal de disciplina. Cuando nos sentemos, podemos recordarnos: "Estoy aquí para trabajar con mi mente. Estoy aquí para entrenar mi mente". Está bien decirte esto, literalmente, cuando te sientes. Necesitamos esa clase de inspiración cuando empezamos a practicar.La posturaEl punto de vista budista es que la mente y el cuerpo están conectados. La energía fluye mejor cuando el cuerpo está erguido, y cuando está doblado el flujo cambia y eso afecta directamente tu proceso de pensar. Por eso hay un yoga de cómo trabajar con esto. No nos sentamos derechos porque estamos tratando de ser buenos alumnos; nuestra postura realmente afecta a nuestra mente.
Las personas que necesiten usar una silla para meditar deben sentarse derechas con los pies apoyados en el suelo. Los que usen un cojín de meditación como un zafu o un gomden deben encontrar una postura cómoda con las piernas cruzadas y las manos descansando sobre los muslos con las palmas hacia abajo. Las caderas no deben estar ni demasiado hacia delante, lo que crea tensión, ni tan hacia atrás que empieces a repantingarte. Debes tener una sensación de estabilidad y de fuerza.Cuando nos sentamos, lo primero que tenemos que hacer es habitar nuestro cuerpo tener realmente una sensación de nuestro cuerpo. A menudo es como si nos apuntalamos y pretendemos estar practicando, pero ni siquiera podemos sentir nuestro cuerpo; ni siquiera podemos sentir dónde está. En lugar de eso debemos estar aquí mismo. Así que cuando empieces una sesión de meditación, puedes emplear al principio un tiempo asentándote en tu postura. Puedes sentir como si tu columna vertebral fuera estirada hacia arriba desde la coronilla alargando tu postura y después se asienta. El principio básico es mantener una postura derecha, erguida. Estás en una situación sólida: tus hombros están nivelados, tus caderas están niveladas, tu columna vertebral está derecha. Puedes visualizar cómo pones tus huesos en la posición correcta y dejas que tu carne cuelgue de esa estructura. Utilizamos esta postura para permanecer relajados y despiertos. La práctica que estamos haciendo es muy precisa: debes estar muy despierto aunque estés calmado. Si te das cuenta de que estás embotado, confuso o adormecido, debes repasar tu postura.La miradaPara la estricta práctica de la atención, la mirada debe dirigirse hacia abajo enfocando a una distancia de unos 6 cm delante de tu nariz. Los ojos están abiertos pero no mirando fijamente; tu mirada es suave. Estamos intentando reducir la recepción sensorial tanto como podamos. La gente dice: "¿no debemos tener cierta sensación del entorno?" pero esa no es nuestra preocupación en esta práctica. Estamos simplemente intentando trabajar con la mente y cuanto más levantamos nuestra mirada, más nos vamos a distraer. Es como si tuvieras una luz en el techo que iluminara toda la habitación, y de repente la enfocaras justo abajo delante de ti. Estás ignorando a conciencia lo que hay alrededor de ti. Estás poniendo el caballo de la mente en un corral más pequeño.La respiraciónCuando hacemos la práctica de shámatha, nos familiarizamos más y más con nuestra mente, y aprendemos especialmente a reconocer el movimiento de la mente, que experimentamos como pensamientos. Hacemos esto usando un objeto de meditación para proporcionar un contraste o contrapunto a lo que sucede en nuestra mente. En cuanto nos vamos y empezamos a pensar sobre algo, la conciencia del objeto de meditación nos traerá de vuelta. Podemos poner una piedra enfrente de nosotros y usarla para enfocar nuestra mente, pero usar la respiración como objeto de meditación es particularmente útil porque nos relaja.Cuando empiezas la práctica, tienes cierta sensación de tu cuerpo y cierta sensación de donde estás, y entonces empiezas a darte cuenta de la respiración. Toda la sensación de la respiración es muy importante. Obviamente la respiración no debe ser forzada; estás respirando de forma natural. La respiración va adentro y afuera, adentro y afuera. Con cada respiración te vas relajando.Los pensamientos No importa qué tipo de pensamientos surjan, debes decirte a tí mismo: "Eso puede ser un asunto muy importante en mi vida, pero ahora mismo no es el momento para pensar en ello. Ahora estoy practicando la meditación." Esto nos lleva a cuán honestos somos, qué sinceros podemos ser con nosotros mismos, durante cada sesión. Todos se pierden con los pensamientos a veces. Puedes pensar: "No puedo creer que me pueda quedar tan absorto en algo así", pero intenta no hacerlo demasiado personal. Intenta simplemente ser tan imparcial como puedas. La mente estará salvaje y debemos reconocerlo. Si estamos intentando estar completamente libres de conceptos, sin estar discursivos en absoluto, eso simplemente no va a suceder.Así que a través del proceso de etiquetar, simplemente vemos nuestro estado discursivo. Cuando reconocemos que nos hemos perdido con los pensamientos, lo etiquetamos mentalmente "pensamiento" suavemente y sin juzgarlo y volvemos a la respiración. Cuando tenemos un pensamiento no importa cuán salvaje o extraño pueda ser simplemente lo dejamos irse y volvemos a la respiración, volvemos a la situación aquí.Cada sesión de meditación es un viaje de descubrimiento para comprender la verdad básica de quiénes somos. Al principio la lección más importante de meditación es ver la velocidad de la mente. Pero la tradición de la meditación dice que la mente no tiene porqué estar así: simplemente no se ha trabajado con ella.Lo que estamos hablando es algo muy práctico. La práctica de la atención es simple y totalmente asequible. Y al estar trabajando con la mente que experimenta directamente la vida, al simplemente sentarnos y no hacer nada, estamos haciendo mucho.
En la práctica de la meditación, la postura erguida es sumamente importante. Tener la espalda erguida no es una postura artificial; es lo natural en el cuerpo humano. Lo no habitual es encorvarse y desplomarse. Cuando uno se encorva no puede respirar bien, y una postura desgarbada es también signo de estar cediendo a la neurosis. De manera que al sentarse erguido, uno está proclamando, para sí y para el resto del mundo, que va a ser un guerrero, un ser íntegramente humano.Para mantener la espalda erguida no es preciso forzarse levantando los hombros; la posición erguida viene naturalmente al sentarse, simple pero orgullosamente, en el suelo, o sobre un cojín de meditación. Entonces, como uno tiene la espalda erguida, no siente ni rastro de timidez ni de vergüenza, y por lo tanto no agacha la cabeza. Uno no se está inclinando ante nada. Por eso, los hombros se enderezan automáticamente y uno empieza a tener la cabeza y los hombros bien plantados. Entonces puede dejar que sus piernas descansen naturalmente cruzadas a lo sastre; no es necesario que las rodillas toquen el suelo. Uno completa la postura apoyando ligeramente las manos sobre los muslos, con las palmas hacia abajo. Esta posición fortalece la sensación de estar ocupando adecuadamente su lugar.
En esta postura uno no se pone a dejar vagar la mirada al azar. Tiene la sensación de estar adecuadamente ahí; por eso los ojos están abiertos, pero la mirada se dirige ligeramente hacia abajo, quizás a un par de metros por delante de uno. De esta manera, la vista no se pasea de un lado a otro, sino que se tiene aún más la sensación de algo deliberado y definido. Esta pose majestuosa se puede apreciar en algunas esculturas egipcias y sudamericanas, como también en las estatuas orientales. Es una postura universal, que no se limita a una única cultura ni a un solo lugar.También en el diario vivir debe uno tener conciencia de su postura, del porte de la cabeza y los hombros, de su modo de caminar y de mirar a la gente. Aun cuando uno no esté meditando, puede mantener un estado existencial decoroso. Puede trascender su cortedad y enorgullecerse de ser un ser humano. Este orgullo es aceptable y bueno.Entonces, en la práctica de la meditación, estando sentado en una buena postura, uno presta atención a la respiración. Cuando respira está totalmente ahí, verdaderamente ahí. Con la exhalación uno sale de sí mismo, su aliento se disuelve, y luego la inhalación se da naturalmente. Entonces uno vuelve a salir de sí mismo. De manera que hay un constante salir con la exhalación. Cuando uno exhala se disuelve, se difunde. Entonces la inhalación se produce naturalmente; no es preciso seguir el aire que entra. Uno vuelve simplemente a su postura, y ya está listo para otra exhalación. Salir y disolverse: tsúuu; después volver a su postura; después tsúuu, y volver a su postura.Inevitablemente, al cabo de un rato se producirá un ¡bing!... un pensamiento. Llegado a ese punto uno dice para sí mismo: «pensamiento». No lo dice en voz alta; lo dice mentalmente: «pensamiento». Rotular así los pensamientos le facilita a uno tremendamente el volver a la respiración. Cuando un pensamiento nos aparta por completo de lo que efectivamente estamos haciendo cuando ni si- quiera nos damos cuenta de que estamos sentados en un cojín, sino que mentalmente estamos en Nueva York o en San Francisco, decimos «pensamiento» y retornamos a la respiración.En realidad no importa cuáles sean los pensamientos que uno tenga. En la práctica de la meditación sentada, tanto a los pensamientos monstruosos como a los pensamientos benignos, se los considera a todos puramente como pensamientos. No son ni virtuosos ni pecaminosos. Lo mismo da pensar en asesinar a su padre o querer prepararse una limonada y comerse unas galletas. No hay que dejarse escandalizar por sus pensamientos: ningún pensamiento es otra cosa que un pensamiento. Ninguno merece una medalla de oro ni una reprimenda. Uno se limita a rotularlos como «pensamientos», y luego vuelve a la respiración. «Pensamiento», y seguir respirando; «pensamiento», y seguir respirando.La práctica de la meditación es muy precisa. Hay que estar ahí en el instante mismo, en cada momento. Es un esfuerzo muy duro, pero si uno recuerda la importancia de la postura, eso le permitirá sincronizar la mente y el cuerpo. Si no se tiene una buena postura, la práctica se parecerá a un caballo cojo que intenta tirar de un carro; jamás dará resultado. Así que primero uno se sienta y toma su postura, y luego empieza a trabajar con la respiración; tsúuu. salir, volver a la postura; tsúuu, volver a la postura; tsúuu. Cuando surgen pensamientos, uno dice «pensamientos» y vuelve a la postura, vuelve a la respiración. Su mente está trabajando con la respiración, pero siempre mantiene uno el cuerpo como punto de referencia. Uno no está trabajando sólo con la mente; está trabajando con la mente y el cuerpo, y cuando ambos trabajan juntos, jamás puede uno apartarse de la realidad.El estado ideal de tranquilidad proviene de vivenciar la sincronización de cuerpo y mente. Si la mente y el cuerpo no están sincronizados, entonces el cuerpo se afloja, y la mente divaga. Es como un tambor mal hecho, en que el parche no se ajusta bien al bastidor, de modo que uno de los dos se rompe y la tensión no es constante. Cuando mente y cuerpo están sincronizados, entonces, gracias a la buena postura, la respiración se produce naturalmente; y como la respiración y la postura colaboran, la mente tiene un punto de referencia para orientarse. Por consiguiente, la mente sale naturalmente con la respiración.Este método de sincronización de mente y cuerpo nos enseña a ser muy simples ya sentir que no somos nada especial, sino seres comunes y corrientes, extremadamente comunes y corrientes. Uno se sienta simplemente, como un guerrero, y de eso dimana una sensación de dignidad individual. Uno está sentado sobre la tierra y se da cuenta de que esta tierra lo merece a uno y de que uno la merece. Uno está ahí... plenamente, en forma personal y auténtica. Es decir que el propósito de la práctica de la meditación, en la tradición shambhaliana, es de educar a la gente para que sea sincera y auténtica, fiel a sí misma.En cierto sentido debemos sentir que cargamos con un peso: llevamos la carga de ayudar a este mundo. No podemos dejar de lado esa responsabilidad hacia los demás. Pero si recibimos nuestra carga como un gozo, podemos realmente liberar a este mundo. y debemos empezar por nosotros mismos. Si somos abiertos y sinceros con nosotros mismos, podemos aprender también a ser abiertos con los demás. De esa manera, tomando como base la bondad que descubrimos en nosotros, podemos trabajar con el resto del mundo. Por esta razón, se considera que la práctica de la meditación es una buena manera es más, una manera excelente de vencer la guerra en el mundo, tanto nuestra propia guerra como las guerras mayores.¿Qué es la mente?por Sákyong Mípham Rímpoche"A través de la meditación empezamos a entender qué es la mente. Poco a poco, vamos desvelando su verdadera naturaleza: su claridad, su capacidad de conocer y su objetividad.”¿Cuál es la naturaleza de lo que sentimos que es la mente? De acuerdo con la sabiduría budista, decimos que la mente es clara, que conoce y que es objetiva.En primer lugar, decimos que la mente es objetiva. La mente es algo neutro que nos permite conocer lo que percibimos y que adopta la forma de lo que proyectamos en ella. Cuando la mente está tranquila, vemos que surgen emociones como el amor, la compasión y la comprensión. Por lo general, estas emociones, al contrario de las negativas, están más en armonía con la naturaleza básica de la mente.
Evidentemente, la mente no es un objeto físico, ya que no tiene forma. Se podría decir que es traslúcida y capaz de penetrarlo todo. No hay nada que se lo impida. ¿Qué quiere decir que la mente puede efectivamente penetrar las formas?Significa, por ejemplo, que si estamos muy enojados o ansiosos, o nos sentimos soberbios y orgullos, creemos que somos esa emoción. Cuando estamos sentados meditando y de pronto nos surge un pensamiento que nos hace enojarnos, sentimos que la rabia nos domina, casi como algo físico. La mente se empapa de esta emoción y se densifica. Por eso, se podría decir que la emoción cambia el formato de la mente. Como la mente no tiene una inclinación determinada, adquiere la forma de esa emoción. Con el paso del tiempo, lo que pasa es que la mente se sobrecarga con todas estas emociones y con los patrones que adoptamos.Por eso es tan útil e importante comprender su verdadera naturaleza. Eso nos puede dar esperanzas, porque sabemos que fundamentalmente la mente no es estúpida ni irritante, ni ignorante ni confusa. A veces es posible que nos sintamos estúpidos y enojados, pero eso se debe solamente a que la mente está condicionada. Tradicionalmente, se compara la mente con una tela blanca que ha sido teñida, pero que no pierde su pureza esencial.En segundo lugar, la mente es capaz de conocer. Es inteligente. ¿Por qué somos capaces de distinguir entre una roca, un libro y una pera? ¿Cómo sabemos que estamos dentro o fuera de un lugar? Lo que nos permite saberlo es la capacidad de conocer de la mente, su inteligencia. Es como la luz del sol: cuando sale el sol, su calor se extiende por todas partes. Ese calor se podría comparar con la capacidad de conocer.Por lo general, no nos asombramos de que la mente sea capaz de conocer. Sin embargo, en el proceso de la meditación es muy importante darse cuenta de esta capacidad básica de la mente. Cuando la meditación se convierte en una actividad constante, es común que nos preguntemos por la mente y su naturaleza. Nos preguntamos “¿de qué está hecha fundamentalmente? ¿será posible describirla?” Yo suelo compararla con un caballo salvaje. Un caballo salvaje e indómito, pero que puede ser domado. Una vez adiestrada, la mente se pone a nuestro servicio y no nos lanza de un lado a otro sin advertirnos. Por eso tenemos que saber qué estamos domando.En la meditación aprendemos a descubrir qué es la mente. Poco a poco, vamos distinguiendo los elementos que la componen: su claridad esencial, su capacidad de conocer y su objetividad. A medida que avanzamos, nos contactamos con esos aspectos puros de la mente, acercándonos cada vez más a su fuente. Quizás sigamos enojándonos o sintiéndonos estúpidos, pero a través del proceso de meditación vamos traspasando las capas de la mente y, a la larga, quizá incluso podamos ver más de cerca su auténtica naturaleza.En último término, la mente es clara. En este contexto, “claridad” significa que estamos muy cerca de los objetos que percibimos. A mí me gusta usar la analogía de bucear con una máscara. La primera vez que lo hice, el agua tenía mucho barro estaba muy turbia, así es que no vi mucho. Pero la segunda vez estaba transparente, y me impresionó ver todo tan nítido y tan cerca. Esa es la claridad a la que me refiero y que nos sorprende, porque todo se ve más nítido que lo habitual, y sentimos que somos uno con lo que nos rodea. Nos sentimos ahí, simplemente. No hay nada que se interponga.Para poner en práctica esta comprensión de la mente, hay varias técnicas que pueden aplicarse en distintas circunstancias. En cada etapa de la meditación uno se encuentra con obstáculos para los que hay distintos antídotos, concretamente formas de superarlos.
Como meditadores, tenemos que comprender el sendero: tenemos que conocer las etapas, los obstáculos y los antídotos. Necesitamos algo que nos oriente, porque la mente es tan amplia que nuestra tendencia es dejarnos llevar por los pensamientos. Nos viene una idea, que de momento nos parece buena, y luego viene otra. Nos vamos de pensamiento en pensamiento, de idea en idea, de emoción en emoción. Por eso necesitamos orientaciones, para atravesar ese espacio lleno de de conceptos y pensamientos.Cuando estamos meditando, de repente nos damos cuenta que aparecen ideas fugaces ("¿Le habré dado de comer al perro?”). Todos tenemos este tipo de pensamientos, pero hay pensamientos o conceptos arraigados que nos acompañan mucho tiempo, toda la vida incluso, y que son más difíciles de distinguir. Actitudes, creencias, preferencias políticas; ése es el tipo de conceptos que ni siquiera sabemos que tenemos. La práctica de la meditación nos da la oportunidad de irlos desvelando, capa por capa. Recuerden que en la meditación no se trata de superar los conceptos, porque eso sería considerarlos en un sentido negativo, como si fuéramos confusos por naturaleza. De lo que se trata es de desarrollar la inteligencia natural de la mente. Al principio es posible que nos digamos "necesito conceptos claros para entender lo que está pasando", y en esa etapa se podría decir que está bien. Como dijo el gran yogui Milarepa, "Errores, errores; si no hubiera sido por los errores, no estaría aquí".Shámatha y VipashyanaShambhala ofrece una amplia variedad de tradiciones de meditación, todas ellas basadas en el principio de no-agresión.La práctica fundamental de Shambhala es shámatha-vipashyana, o meditación de atención y darse cuenta.Shámatha significa paz y es el cultivo de la atención, lo que implica una falta de auto-decepción y lucha.Vipashyana es el desarrollo del darse cuenta, o visión interior, lo que permite ver las cosas de forma precisa, tal y como son.Al unir shámatha y vipashyana nos relajamos en el momento presente y la simplicidad, al mismo tiempo que surge la visión interior y la conexión con el mundo. La instrucción de meditación no es simplemente la presentación de una técnica que puede leerse en un libro. Es la expresión de la transmisión oral de maestro a estudiante, un linaje ininterrumpido desde hace 2.500 años.Miembros acreditados de los Centros de meditación Shambhala instruyen a los estudiantes en la práctica de la meditación y trabajan con ellos en el desarrollo de su práctica, a la vez que les ayudan a unir la visión y la experiencia de la meditación con la vida diaria.La instrucción de meditación se ofrece de forma totalmente gratuita en todos los Centros de meditación Shambhala.LIBROS SOBRE SHAMBHALA Y BUDISMO (Traducciones publicadas en español)Actualizado a Febrero 2006Sakyong Mipham RinpocheCONVERTIR LA MENTE EN NUESTRA ALIADA(Turning the Mind into an Ally)Traducción de Alfonso TaboadaBilbao: Editorial Desclée de Brouwer, 2003ISBN 84-330-1806-Xampliar fotoChögyam Trungpa Rinpoche
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